El Zapatero de Silesia
(1591)
LAS FUENTES
El caso del zapatero de Silesia tiene como protagonista a un artesano de la ciudad de Wroclaw que, como veremos en detalle más adelante, se cortó el cuello con su cuchillo. Su familia disimuló el suicidio, pero pronto empezaron a circular rumores sobre su muerte. Sus conciudadanos comenzaron a quejarse de que el muerto les visitaba, aterrorizándolos y golpeándolos brutalmente.
La situación llegó a tal extremo que la población, alarmada, empezó a exigir a las autoridades que se tomaran medidas contra el cuerpo del difunto. Este es uno de los primeros casos conocidos en el que intervienen las autoridades alertadas por la población con la consiguiente ejecución pública del cuerpo sospechoso.
Este caso y el de Johannes Cuntius, fueron registrados por el médico y filósofo alemán Martin Weinrich, conocido por ser autor de De ortu mostrorum (1595), aunque no fue en esta obra donde dejó constancia de lo sucedido. Weinrich vivía en Breslaw, la actual Wroclaw, cuando tuvieron lugar los sucesos en aquella localidad de Silesia. Tenía por entonces el médico 25 años, y son tantos los detalles que aporta que todo parece indicar que recogió los datos de primera mano.
A manos de Weinrich llegó una copia de Strix Sive De Ludificatione Daemonum, obra de 1523 escrita por Giovanni Francesco Pico della Mirandola, sobrino del famoso pensador italiano, estudioso de la Qábala y el Hermetismo, Giovanni Pico della Mirandola. La obra trataba temas relacionados con la hechicería y la demonología en forma de diálogos. La obra impresionó al médico alemán hasta tal punto que escribió un prefacio a la misma en el que incluyó un relato detallado de los hechos que había vivido junto a los vecinos de aquella localidad conmocionada por los disturbios del espectro.
Weinrich no llegó a publicar su prefacio en vida; pero tres años después de su muerte su hermano, Karl Weinrich, editó en 1612 la obra de Pico della Mirandola, incluyendo el prefacio. La edición en cuestión llevaba el título de Joh. Francisci Pici Mirandulae Domini Concordiaeque Comitis Strix Sive De Ludificatione Daemonum Dialogi Tres: Nunc primum in Germania eruti ex bibliotheca M. Martini Weinrichii. Cum eiusdem Praefatione luculenta, continente narrationem duorum operum magicorum & iudicii de iis lati, ut verissimam, ita cognitione dignissimam, itemque Epistola Ad Cl. Medicum Et Philosophum D. Andream Libavium, de quaestione, Utrum in non maritatis & castis mola possit gigni? Argentorati. El original digitalizado, puede consultarse aquí.
El filósofo inglés Henry More tuvo acceso a esta edición que incluía el prefacio escrito por Martin Weinrich, y se hizo eco del extraño relato en el capítulo VIII del Libro III de su An antidote against atheism, publicado en 1653, una obra bien conocida que popularizó el caso entre el público y los autores anglosajones. Montague Summers llegó a conocerlo gracias a la obra de Henry More y lo incluyó en 1929 en su The Vampire in Europe. La historia fue recogida también por el alemán Johann Georg Theodor Grässe (1814-1885) en su Sagenbuch des preußischen Staats (1868). El texto original en inglés de An antidote against atheism puede leerse pulsando aquí, y el texto digitalizado, aquí.
Para exponer la historia del zapatero de Wroclaw vamos a traducir directamente el capítulo completo que Henry More dedica al caso en su An Antidote against Atheism. Para ello empleamos una compilación de textos del filósofo publicada por James Flesber en Londres, en 1662.
Se trata de una segunda edición ampliada y que lleva por título A Collection of several philosophical writings of Dr. Henry More, Fellow of Christ's Colledge in Cambridge, en la que se incluyen varias obras de More, además de la que nos interesa. A continuación exponemos imágenes de las tres páginas del original en inglés (pueden ampliarse pulsando sobre ellas):
AN ANTIDOTE AGAINST ATHEISM. LIBRO III. CAP. VIII
Las notas entre corchetes son nuestras. El texto original en inglés puede leerse pulsando aquí.
1. Dos historias memorables, con su propia credibilidad. 2. La primera acerca de un zapatero de Breslaw que se cortó la garganta. 3. Sus apariciones post-mortem con su aspecto habitual, y sus obsesivas vejaciones a toda la ciudad. 4. Como después de ser exhumado tras permanecer ocho meses enterrado, su cuerpo fue encontrado entero y fresco, y sus articulaciones ágiles y flexibles. 5. Como al quemarlo cesan las apariciones. 6. Como ocurrió también con su criada cuando ella también vejó y perturbó a gente durante un mes. 7. Como el narrador de esta historia viviá en la ciudad cuando ocurrieron los hechos.
Mapa de Polonia, con la actual Wroclaw cerca de la frontera checa.
1. Insisto mucho sobre la narración precedente, en parte porque es muy reciente, de modo que cualquiera puede comprobar su veracidad si tiene cualquier duda sobre estos sucesos; y en parte porque son tan notorios que dadas las circunstancias resulta difícil encontrar similitudes con otros autores. Y sin embargo, pese a la novedad, no se, pero estos relatos de Martinus Weinrichius, un médico y filósofo de Silesia, que los introduce como prefacio al Strix ó De ludificatione Daemonum de Picus Mirandula, parecen convincentes. Son dos historias muy reseñables, y creíbles, ya que los hechos ocurrieron en el país y el tiempo del narrador, pocos años antes de que los recogiera por escrito; y habla sobre ellos con una firme confianza de que son rigurosamente ciertos. A continuación exponemos el primero de ellos.
2. Cierto zapatero de una de las principales ciudades de Silesia, en la mañana del viernes 20 de septiembre de 1591, se cortó el cuello con su cuchillo de zapatero en la parte más apartada de su casa adyacente al jardín. Los familiares, para ocultar aquel acto nefasto y evitar que cayera la desgracia sobre la viuda simularon que había muerto de apoplejía, rechazando las visitas de amigos y vecinos, y mientras lo lavaron y lo cubrieron de magníficos linos de tal modo que incluso los que lo vieron después, el sacerdote y otros, nunca tuvieron la más mínima sospecha de que había muerto de enfermedad; y de este modo tuvo un entierro honesto y un funeral con sermón y con todas las circunstancias que corresponden a alguien de su rango y reputación. No habían pasado seis semanas cuando comenzó a circular con tal intensidad el rumor de que no había muerto por enfermedad, sino que él mismo había acabado con su vida de forma violenta, que la Magistratura de la ciudad se vio obligada a someter a aquellos que habían visto el cuerpo a un interrogatorio en toda regla. Salieron al paso evitando el tema como pudieron en un primer momento hablando bien del difunto, para alejar toda sospecha de que hubiera cometido un acto tan vergonzoso. Pero al ser presionados apelando a su conciencia acabaron confesando que había muerto de forma violenta, aunque pidiendo favor y clemencia para su viuda e hijos que no tenían culpa ninguna, añadiendo también que era incierto, pero que podría haber sido víctima de algún accidente ajeno a su voluntad, o que si había sido él, quizá lo hizo llevado por un ataque irresistible de frenesí o de locura.
Llegados a este punto el Consejo comenzó a deliberar lo que debía hacerse. Cuando la viuda oyó todo lo que se decía, y temiendo que pudieran tomarse medidas extremas y desfavorables, y ante el descrédito sufrido por su marido y ella misma, y animada por algunos presentes descontentos, denunció vehementemente a los que levantaban aquellos testimonios de su marido, resolviendo seguir la vía legal contra ellos, sosteniendo que sinceramente no había razón alguna en aquellos rumores ni en las vanas difamaciones de gente malintencionada para desenterrar el cuerpo de su marido y tratarlo como si fuera un mago o un suicida. La audacia y el tesón de la mujer, aún cuando los hechos hubieran sido confesados, pesaron en alguna medida sobre el Consejo, el cual resolvió que se debía hacer una pausa.
3. Pero mientras toda esta agitación tenía lugar y para asombro de los habitantes del lugar, comenzó a aparecerse un espectro [Spectrum, en el original] con la forma y aspecto del fallecido, no sólo por la noche, también en pleno día. Los que dormían tenían visiones horribles y los que se despertaban eran golpeados, jalados, o sofocados como si tuvieran un cuerpo pesado encima, como hacen los efialtes [Ephialtes en el original, espíritus de la mitología griega que tomando forma humana atormentaban a los que soñaban con horribles pesadillas]; de modo que todas las mañanas había constantes quejas en toda la ciudad por la noche anterior. Pero cuanto más actuaba este espectro, más diligentes eran los amigos del difunto en suprimir los rumores, o al menos en minimizar sus efectos; así es que se dirigieron al Presidente [del Consejo] quejándose de lo injusto que era que se diera crédito a rumores vanos y sospechas infundadas y suplicándole que impidiera que el Consejo desenterrar el cuerpo del difunto haciendo uso ignominioso del mismo. Añadieron igualmente que tenían intención de apelar a la Corte Judicial del Emperador, que en su sabiduría podría dilucidar esta controversia basada en débiles conjeturas de hombres maliciosos.
Pero mientras se prolongaba así el asunto, las agitaciones y tumultos en toda la ciudad eran tantos que difícilmente pueden describirse. Tan pronto como se ocultaba el Sol el espectro hacía su aparición segura, de modo que cada cual miraba a todas partes y se ponía en guardia, lo cual era difícil para aquellos que, por trabajar de día, necesitaban el descanso de la noche; ya que esta terrible aparición a veces se presentaba al lado de sus camas, otras se echaba encima aferrando a los durmientes, sofocándolos miserablemente, pellizcándolos, golpeándolos de tal modo que a la mañana siguiente amanecían magullados e incluso con la señal de los dedos en diferentes partes de su cuerpo. Tal era la violencia y el ímpetu de este fantasma, que los hombres abandonaban sus camas y hacían guardia en los comedores, con las velas encendidas, muchos de ellos en grupos, para evitar el miedo y los disturbios; pero seguía apareciéndoseles, escogiendo como víctima a quien quería pese a todas las precauciones que tomaban contra él. Pronto aquello fue tan problemático que la gente estaba dispuesta a abandonar sus casas y a emigrar a otros lugares, de modo que el Magistrado, movido por las constantes quejas, resolvió con la venia del Presidente, que el cuerpo fuera desenterrado.
4. Hacía ocho meses que había sido enterrado. A saber, desde el 22 de septiembre de 1591 al 18 de abril de 1592. Cuando fue desenterrado, lo cual se hizo en presencia de los magistrados de la ciudad, se encontró su cuerpo incorrupto, sin ninguna putridez. No olía mal, salvo el olor de las vestiduras de la tumba. Sus articulaciones estaban ágiles y flexibles como las de los vivos. Sólo su piel estaba fláccida, pero una más fresca había crecido en su lugar. La gran herida sobre su cuello estaba allí, pero no mostraba signos de corrupción. Se observó también un signo mágico en el dedo gordo de su pie derecho, una excrecencia en forma de rosa. Su cuerpo estuvo desenterrado desde el 18 de abril al 24, y durante ese tiempo venían todos los días muchos ciudadanos y de otros lugares para verlo. Aún así los inquietantes fenómenos no cesaron, de modo que lo enterraron bajo la Horca por ver si así se apaciguaban. Pero fue en vano, pues se dieron igualmente, y quizá aún más que antes, apareciéndose ahora hasta a los de su propia familia, hasta el punto de que la propia viuda acabó yendo al Magistrado para decirle que ella no se opondría por más tiempo si consideraban conveniente aplicar procedimientos más extremos en lo tocante a su marido.
Plaza de Wroclaw. En la imagen de la izquierda puede verse la picota de la ciudad, que se muestra en primer plano en la imagen de la derecha. Este monumento emblemático marca el lugar donde estaba el patíbulo para ejecuciones públicas de la ciudad. Aquí estaría la horca bajo la cual se enterró al zapatero, y probablemente aquí se le expuso y descuartizó. El edificio frente a la picota con el reloj en la fachada es el Ayuntamiento, ambos del siglo XVI, y existían ya cuando ocurrieron los hechos. Imágenes de dominio público.
Así pues el siete de mayo fue desenterrado de nuevo, y se pudo observar que estaba sensiblemente más gordo que cuando fue enterrado por última vez. Resumiendo, se le cortó la cabeza, los brazos y las piernas del cuerpo, y le fue extraído el corazón tras practicarle un agujero por la espalda, el cual estaba tan fresco y entero como el de un ternero recién muerto. Los miembros, junto con el resto del cuerpo, fueron puestos sobre una pila de leña, y quemados hasta reducirlos a cenizas, las cuales fueron cuidadosamente recogidas, puestas en un saco (para que nadie pudiera utilizarlas con fines malvados), y vertidas en el río, después de lo cual la espectro nunca más fue visto.
6. Ocurrió asimismo que su criada [del zapatero], murió después apareciéndose a otra criada ocho días después, y se echó de tal forma sobre ella que la produjo una gran hinchazón en los ojos. Maltrató gravemente también a un niño en su cuna de tal modo que si la niñera no hubiera acudido a socorrerle hubiera salido bastante malparado; pero al hacer la señal de la cruz y pronunciar el nombre de Jesús el espectro se desvaneció. La noche siguiente se apareció bajo la forma de una gallina, y cuando una de las criadas de la casa, tomándola por tal, la siguió, creció la gallina hasta alcanzar un tamaño inmenso y aferró a la doncella por el cuello causándole tal hinchazón que no pudo comer ni beber durante mucho tiempo.
Continuó la muerta haciendo estas fechorías durante todo un mes, golpeaba a algunos de tal modo, tiraba de la cama a otros, y aparecía tomando ora una forma ora otra, de mujer, de perro, de gato y de cabra. Hasta que por fin su cuerpo fue desenterrado y quemado, y la aparición nunca más fue vista.
7. Estas cosas ocurrieron en Breslaw, Silesia, donde Weinrichius vivía entonces, lo cual hace que la narración tenga que ser tenida en cuenta. Supongo que ocultó los nombres de los protagonistas por respeto a sus conciudadanos difuntos, a la viuda, y a sus familias.
UN BREVE ANÁLISIS DEL CASO
La palabra vampiro no aparece en el texto original en inglés. More alude al protagonista de los sucesos con las palabras "Spectrum", "Ghost", ó "Apparition". Es lógico si pensamos que More tomó la historia del prefacio que Weinrich hizo a la obra de Pico della Mirándola. El título de la misma está en latín y suponemos que el contenido y el prefacio también. Probablemente Weinrich empleó las mismas palabras que More a modo de traducción de algún vocablo local que designara a un vampiro. En cualquier caso, tanto el comportamiento del espectro como el tratamiento que se le dio al cuerpo para acabar con sus correrías es el que se le da típicamente a los vampiros.
Otros muchos detalles confirman que estamos ante un caso de vampirismo. El hecho de que su criada, muerta poco después, fuera también protagonista de sucesos parecidos indica que con toda probabilidad la población creía que había muerto víctima del vampiro y que ella misma se había convertido en uno. Igualmente conviene recordar las quejas de la viuda acerca del trato que querían dar al cuerpo de su marido como si éste hubiera sido un hechicero o un suicida, personajes a los que típicamente se atribuía el fatal destino de convertirse en vampiros al morir. El que la viuda sospechara que iban a tomarse medidas extremas parece indicar que no era inusual la costumbre de desenterrar a sospechosos de brujería y suicidio. Es muy probable que si alguien moría en estas circunstancias muchos estarían convencidos de que el difunto se levantaría irremediablemente de su tumba para atacar a sus vecinos. La excrecencia en forma de rosa hallada en el pie del cadáver y que fue interpretada como un "signo mágico" probablemente fue asociada por muchos a la típica "marca del diablo" que según se creía dejaba el diablo en el cuerpo de los brujos que pactaban con él.
Es de destacar que Breslau, la actual Wroclaw, conocida como "la Venecia de Polonia" por los muchos brazos del río Oder que atraviesan la ciudad dando lugar a 12 islas, no era precisamente una aldea. Por el contrario era una ciudad relevante y con una importante población de casi 40000 habitantes, étnicamente multicultural y formada por eslavos y alemanes, que pertenecía por entonces al reino de Bohemia, en posesión de la casa de Austria. Realmente el acontecimiento debió trastornar la vida normal de la población de una ciudad, que era nada más y nada menos que la capital de Silesia. Los sucesos y trastornos asociados e ellos debieron ser famosos en la región por lo que se deduce del hecho de que vinieran desde fuera de la ciudad a contemplar el cadáver incorrupto del supuesto vampiro.
Isla de Ostrow en Wroclaw. Créditos: By Robert A.Mason - Own work, CC BY 2.5, Link
Algo que llama la atención es el hecho de que, con la salvedad de la criada, el supuesto vampiro no atacó primero a sus parientes, siendo general la creencia de que los retornados visitan primero a sus familiares más directos. También hay que tener en cuenta, sin embargo, que los familiares parecían decididos en un principio a acallar cualquier rumor en este sentido.
A destacar también el hecho de que en el caso de la criada retornada se la consigue hacer desaparecer durante uno de sus ataques mediante el signo de la cruz y la invocación del nombre de Jesús, prueba de que se creía que los símbolos religiosos sí tenían algún poder sobre los retornados. Este poder del nombre divino y de la señal de la cruz a menudo interviene del mismo modo en relatos de toda Europa en los que los protagonista son brujas, duendes, hadas, demonios, etc, empleado como exorcismo que pone fuga a los seres malignos. Habitualmente es una forma de hacer desaparecer las ilusiones, fantasmas, etc provocados por algún personaje dañino, humano o sobrenatural, para engañar los ojos de sus víctimas. Era creencia habitual que a menudo los espíritus, demonios, y otros seres preternaturales tenían la facultad de hacer ver cosas ilusorias, no reales, que se desvanecían invocando signos o personajes religiosos.
© 2009. Del texto y traducciones,Javier Arries