Prehistoria. El Neolítico

La cultura del ánfora globlular

La cultura del ánfora globular, llamada así por sus características ánforas con forma globular adornadas con dos o cuatro asas pequeñas, es la sucesora de la Cultura de los Vasos de Embudo, y de hecho surge en el mismo área, entre los años 3400 a.C. y el 2800 a.C., extendiéndose desde el centro de Europa hasta el Mar Báltico. Desde el oeste de Ucrania se expandió hasta las estepas, pero no penetró en Escandinavia.

A diferencia de las gentes de la cultura del vaso de embudo que surgieron antes que ellos, los de cultura del ánfora globular preferían la cría de cerdos. Entre otras cosas les diferencia también de sus predecesores los enterramientos en hoyos o en cistas, es decir en cavidades de pequeño tamaño delimitado por lajas o piedras planas en lugar de los enterramientos en megalitos. En las tumbas se han encontrado ofrendas de tipo animal, desde mandíbulas de cerdo o piezas pequeñas a cuerpos enteros, por ejemplo bueyes. Junto a ellos se dejaban objetos cerámicos, las típicas ánforas globulares que le dan nombre y hachas de piedra. En algunos casos se emplearon los megalitos de la cultura anterior para realizar nuevos enterramientos.

Algo curioso que nos habla de sus creencias religiosas son los enterramientos de bovinos, que suelen aparecer en parejas junto a todo tipo de ofrendas.

Según la arqueóloga Marija Gimbutas la cultura del ánfora globular ya es una cultura indoeuropea, o al menos híbrida; y de hecho para los seguidores de sus teorías se correspondería a la segunda oleada migratoria de los indoeuropeos. Sin embargo, estudios genéticos recientes, niegan el parenteso genético con los yamna, la gente de las estepas a las que muchos arqueólogos actuales consideran como ancestros de los indoeuropeos. Por el contrario el material genético estudiado hasta el momento los vincula a población neolítica preindoeuropea. La cultura del ánfora globular no se habría desarrollado por intrusiones extranjeras en el área, si no que sería un desarrollo local de la anterior cultura de los vasos de embudo.

De hecho el hallazgo de un enterramiento en una fosa común en Koszyce, Polonia, como consecuencia de una matanza perpetrada hace 5000 años, parece apoyar esta última tesis. Aparecieron allí los cuerpos de ocho hombres y siete mujeres de diferentes edades que presentaban lesiones en la cabeza que les habrían provocado la muerte. Se trataba de cuatro familias, una de ellas era hija de otra. Los padres de familia, salvo uno de ellos que estaba al lado de su pareja y de su hijo, no estaban entre ellos, de modo que se supone que fueron los que dieron un entierro digno a los cuerpos. Se molestaron en colocar a las madres junto a sus hijos de entre 5 y 15 años. Al lado de los cuerpos se encontraron ofrendas y huesos de varios cerdos y una oveja. El análisis genético de los cuerpos permite descartar cualquier parentesco con la gente de las estepas, los yamna. Por el contrario, todo parece indicar que existieron conflictos entre las gentes de la cultura del ánfora globular y las de la cerámica cordada, que sí muestra rasgos típicamente indoeuropeos.

Esta cultura, desarrollada por gentes del neolítico, gentes preindoeuropeas, con el tiempo vio nacer a su lado otra, la cultura del hacha de guerra, que contiene elementos indoeuropeos tanto desde el punto de vista cultural como genético, y que sería la que difundió el protogermánico en el norte de Europa y Escandinavia.

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