AproximaciÓn forense a un caso arqueolÓgico de restos Óseos de «vampiros» en Venecia: prospecto odontolÓgico y antropolÓgico
Artículo de Emilio Luzzonese y Mateo Borrini
Presentamos aquí la traducción del artículo de Emilio Luzzonese, D.D.S., Ph. D., y de Mateo Borrini, M.S. titulado Forensic Approach to an Archaeological Casework of ‘‘Vampire’’ Skeletal Remains in Venice: Odontological and Anthropological Prospectus (Aproximación forense a un caso arqueológico de restos óseos de «vampiros» en Venecia: prospecto odontológico y antropológico, y que presentaron en la 61ª Reunión Anual de la Academia Americana de Ciencias Forenses, del 16 al 21 de febrero de 2009, en Denver, Colorado, y publicado en noviembre de 2010 en el Journal of Forensic Sciences. El artículo, que puede consultarse aquí, comenta el descubrimiento de los restos de lo que la prensa dió en llamar «la vampira de Venecia», y del que hablamos aquí.
Las imágenes han sido extraídas del artículo.
RESUMEN: Durante los años 2006-2007, el Superintendente de Arqueología de Veneto (Italia) impulsó un proyecto de investigación sobre las fosas comunes ubicadas en el Nuovo Lazzaretto en Venecia, donde fueron enterrados los cuerpos de los fallecidos por la peste durante los siglos XVI y XVII. Los entierros se hicieron en diferentes etapas y se cree que son los restos de víctimas de la peste de los numerosos brotes de pestilencia, que se produjeron entre los siglos XV y XVII. Entre los huesos humanos fragmentados y mezclados, se halló un entierro inusual. El cuerpo estaba en decúbito supino, con la mitad superior tórax intacto, con los brazos paralelos al eje del raquis, y las articulaciones no se habían alterado desde el punto de vista anatómico. La morfología del cráneo y las dimensiones del caput omeris sugieren que el cuerpo era el de una mujer. En el interior de la cavidad oral se encontró un ladrillo de tamaño que mantenía muy abierta la mandíbula. Los datos recopilados por el antropólogo se utilizaron para generar un perfil tafonómico, que permitió excluir la posibilidad de que el ladrillo estuviera allí de forma accidental. Se descartó también la posibilidad de que el ladrillo procediera del sedimento del entierro circundante, ya que las únicas inclusiones encontradas fueron fragmentos óseos de entierros anteriores en la misma zona. Los datos recopilados por el odontólogo para hacer una estimación de la edad y realizar una evaluación dental radiológica. El perfil forense se basó conceptualmente en las “circunstancias de la muerte” y concluyó que el ladrillo fue colocado allí de manera intencional, y se atribuyó a un ritual funerario simbólico. Este ritual confirma la arraigada creencia que se tenía en aquellos tiempos de la relación entre la peste y el personaje mitológico del vampiro.
PALABRAS CLAVE: ciencia forense, odontología forense, antropología forense, radiología forense, vampirismo, arqueología forense
El examen paleopatológico de los restos óseos de supuestos “vampiros” provenientes de lugares antiguos puede arrojar luz sobre el origen de la creencia popular en los vampiros y sobre las formas en que estos cadáveres fueron tratados en términos de ritos funerarios. La tafonomía juega aquí un papel importante para alcanzar este objetivo (1,2).
La creencia en el mito de los vampiros está muy extendida por todo el mundo. Grecia tiene una larga tradición de vampiros. Los ejemplos de no muertos griegos se remontan al mundo antiguo con criaturas como los efialtae, las striges, las lamiae, las empoussai, las epopidae, Yello y Mormo. En la Odisea de Homero se dice claramente que a los muertos les gusta beber sangre (3). Había también festivales especiales en honor de los muertos, las Anthesteria, y en tiempos de los romanos las Lemuria. En Bizancio, la influencia eslava, combinada con los preceptos de la Iglesia ortodoxa griega, forman la leyenda de una especie de vampiros griegos llamados "Vrykolakas", la palabra eslava para hombre lobo. La palabra se asoció directamente con los vampiros debido a la creencia de que todos los hombres lobo se convierten en vampiros al morir (3,4). La presencia de vampiros también existe en textos griegos medievales, novelas, manuscritos, leyes eclesiásticas, exorcismos y canciones populares (5). La patología forense propone que la mayoría de las creencias en torno al “vampiro”, si no todas, pueden explicarse en términos de conceptos erróneos populares basados en los procesos de descomposición del cadáver después de la muerte.
Finalmente, en el historial clínico-patológico, las condiciones que producen síntomas similares a los atributos vampíricos incluyen la rabia, el carbunco, la fotosensibilidad y los trastornos psicológicos graves (5–8). En contra de la creencia popular, errónea, el crecimiento de las uñas y del pelo tras la muerte, es consecuencia de un encogimiento de la piel. También la hinchazón, que a veces es extrema, es la razón principal por la que el cadáver es inmovilizado, atado o sujeto con pesos en su tumba, y el cadáver "vampiro" es eliminado frecuentemente por perforación. El retornado no puede cruzar el agua porque, como resultado de su extremada hinchazón, el cuerpo emergerá y flotará (1).
ANTECEDENTES
Durante los años 2006-2007, el Superintendente de Arqueología de Veneto (Italia) impulsó un proyecto de investigación sobre las fosas comunes ubicadas en el Nuovo Lazzaretto en Venecia, donde se enterraban los cuerpos de los muertos por la peste durante los siglos XVI y XVII.
El proyecto fue parte de un campo de trabajo de verano del Archeoclub (Sección de Venecia) y se llevó a cabo con el patronaazgo del Centro Internacional de Investigaciones Arqueológicas (CIRA) y del Proyecto Radix ''Sitios arqueológicos venecianos para salvar'', con la asistencia del Grupo Arqueológico de La Spezia (G.A.SP.)
El área de excavación está ubicada en un sitio de cementerio ubicado alrededor de un antiguo muro construido después de un decreto sobre salud y cuarentena del Senado de la República fechado el 8 de julio de 1468 con el fin de establecer un muro de contención contra las epidemias
En el sitio de excavación, la fase de recuperación se llevó a cabo aplicando técnicas arqueológicas tradicionales junto con protocolos modernos de arqueología/antropología forense con el objeto de mejorar la precisión y la recolección de datos.
Se descubrieron dos macrounidades estratigráficas: una unidad contenía una mezcla de restos óseos desarticulados con fragmentación post mortem antigua y roturas afiladas/romas; la otra unidad contenía restos humanos de un depósito primario, y que no mostraba, en general, ninguna alteración posterior al enterramiento.
Los datos estratigráficos y el hallazgo de medallas devocionales acuñadas en el Jubileo de 1600 permitieron fechar los cuerpos intactos en el tiempo la peste del siglo XVII. Esos cadáveres fueron enterrados excavando tumbas anteriores que pueden fecharse en la plaga veneciana anterior en 1576.
CONSIDERACIONES ARQUEOLÓGICAS Y ANTROPOLÓGICAS
La evaluación tafonómica permitió la reconstrucción de las diferentes fases de descomposición de cada cadáver, así como la comprensión de la seriación estratigráfica causada por el apilamiento de cuerpos durante los enterramientos y su relevancia para los sudarios, vestiduras utilizadas para envolver un cuerpo para el entierro. Las roturas agudas o contundentes en los huesos pueden explicarse por el trabajo de los sepultureros con sus palas. Dentro de estas dos unidades macroestratigráficas (siglos XVI y XVII) también podemos observar también diferentes fases de deposición de cadáveres, con alteraciones posteriores a su enterramiento e intersección de esqueletos.
Entre los entierros que se han estudiado con este enfoque, hay un cuerpo que resulta especialmente interesante: el esqueleto se conserva desde la mitad del pecho hasta el cráneo porque fue cortado en las diáfisis humerales cuando se excavaron las tumbas posteriores (Fig. 1).
El individuo (clasificado con el número ID 6), todavía bajo análisis, se ha identificado de momento como una mujer adulta por la morfología general del cráneo y el tamaño de la caput humeris(9). El esqueleto fue enterrado en decúbito supino en una fosa simple (espacio cubierto), con los brazos paralelos al eje del raquis; las relaciones anatómicas entre los huesos están bien conservadas, todas las articulaciones guardan un orden anatómico excepto por una ligera verticalización de la clavícula izquierda debido a un efecto de pared producido por un sudario (que también provocó una pequeña caída y separación de las costillas).
La característica distintiva de la tumba ID 6 es que un ladrillo de tamaño moderado se encuentra en el interior de la cavidad oral, manteniendo la mandíbula bien abierta, aunque aún está articulada en la cavidad glenoidea (Figs. 2 y 3). Los perfiles tanatológico y tafonómico permiten descartar el desplazamiento post mortem de los huesos (10) con el consiugiente colapso del objeto dentro de la cavidad oral. Además, es muy poco probable que pedazos de ladrillos formaran parte de los sedimentos que se utilizaron para rellenar el entierro, ya que los únicos elementos ''sustanciales'' en el suelo son fragmentos óseos relacionados con depósitos más antiguos, destruidos por las continuas actividades en el cementerio.
Ya que la inserción del ladrillo en la boca de la muerta debe considerarse como intencionada, es probable que esta práctica tuviera tal valor simbólico y ritual, que los sepultureros que trabajaban en el cementerio durante la peste manipularon el cadáver de esa manera, a pesar del peligro de infección.
Estudio Odontológico
El material fue analizado macroscópicamente antes y después de la remoción de sedimentos (Fig. 3) en el Museo de Prehistoria de Florencia, donde los restos y el cráneo han sido almacenados temporalmente. Los dientes encontrados fueron reposicionados en sus alveolos. El análisis macroscópico reveló un arco casi completo, ausencia de tratamientos dentales, alto grado de abrasión de las superficies oclusales, ausencia de defectos hipoplásicos del esmalte e incisivos inferiores perdidos post mortem. Ambos arcos fueron sometidos a fotografías digitales e imágenes radiológicas periapicales utilizando un dispositivo portátil Nomad X-Ray (Aribex Inc., Orem, UT) y un sensor de Radiovideografía (Trophy, Vincennes, Francia) conectado a una computadora, con un tiempo de exposición de 0,05 segundos y 68 Kv (Figura 4). El desgaste dental, muy utilizado en antropología, podría no ser un método fiable para la estimación de la edad. Se utilizó el método de evaluación de la edad propuesto por Cameriere et al. (11-13). Este método utiliza la aposición de dentina secundaria que ha demostrado ser fiable, independientemente del período histórico del espécimen, y resulta particularmente adecuado para individuos adultos. Las imágenes de rayos X periapicales de los caninos (Fig. 5) se emplearon junto con Adobe Photoshop para determinar el área de la cámara pulpar del canino y toda su área, aplicándose por tanto las fórmulas de regresión para evaluar la edad cronológica tal y como sugieren Cameriere et al. (11–13). Con este método obtuvimos una edad estimada de 61 ± 5 años.
El análisis dental reveló que los individuos no sufrieron períodos prolonados de estrés infantil por desnutrición o enfermedad.
CONCLUSIÓN
Suponemos que durante la excavación de una tumba en el suelo para una persona que acababa de morir por la plaga, los sepultureros cortaron la deposición ID 6. Se dieron cuenta de la mortaja (la verticalización de la clavícula sugiere su presencia) y un agujero en la misma, que se correspondía con la boca. Como les pareció que el cuerpo estaba casi intacto, probablemente reconocieron en aquel cuerpo al así llamado vampiro, responsable de la plaga por haber mordido su sudario. En consecuencia, insertaron un ladrillo en la boca. La secuencia de esos hechos (tiempo transcurrido desde la muerte) puede deducirse por la ausencia de alteraciones en las articulaciones del esqueleto, así que podemos suponer que los sepultureros se encargaron del cadáver cuando aún mantenía sus articulaciones. Se puede descartar que el ladrillo haya sido insertado en la boca en el momento de la deposición primaria porque no tenemos referencia, ni siquiera folclórica, de que se realizara dicha práctica en este contexto histórico y cultural.
FIG 4.—Dispositivo portátil de rayos X Nomad combinado con un sensor conectado a una computadora portátil, mientras se examina el cráneo, almacenado en el Museo de Prehistoria de Florencia.
No es extraño que las supersticiones relativas a los vampiros estuvieran muy extendidas en los siglos XVI y XVII incluso en una ciudad "cosmopolita" y deasrrollada como Venecia. Sin embargo, resulta sorprendente que este ritual de exorcismo sea reconocible en un contexto arqueológico: la tumba ID 6 bien podría ser el primer entierro de "vampiros" atestiguado por la arqueología y estudiado desde un enfoque forense odontológico y antropológico,
OBSERVACIONES FINALES
La ciencia forense es un grupo de disciplinas aplicadas que evoluciona rápidamente y resultan operativas tanto de manera independiente como interdisciplinaria. Campos como la antropología y la odontología se desarrollan y expanden incorporando nuevos métodos y teorías. El resultado es que los límites entre las disciplinas de las ciencias forenses se difuminan, lo cualpermite una participación y un enfoque multidisciplinarios, especialmente cuando se trata de cráneos.
REFERENCIAS
1. Barber P. Forensic pathology and the European vampire. In: Dundes A, editor. The vampire: a casebook. Madison, WI: The University of Wisconsin Press, 1998;109–42.
2. Haglund WD, Sorg MH, editors. Forensic taphonomy: the post-mortem faith of human remains. Boca Raton, FL: CRC Press, 1997.
3. Davias O. Montague summers: o ellin vrykolax, ekd. Delfini: Athina, 1995.
4. Tsaliki A. Vampires beyond legend: a bioarchaeological approach. Proceedings of the XIII European Meeting of the Paleopathology Association; 2000 Sept 18–23; Chieti, Italy. Teramo: Edigrafital S.p.A, 2001;295–300.
5. Gomez-Alonso J. Rabies: a possible explanation for the vampire legend. Neurology 1998;51:856–9.
6. Jaffe PD, Dicataldo F. Clinical vampirism: blending myth and reality. In: Dundes A, editor. The vampire: a casebook. Madison, WI: The University of Wisconsin Press, 1998;143–58.
7. Lutwick LI. G-Docs and X-files. Infect Med 1998;3:165–7, 210.
8. Sledzik PS, Bellantoni N. Brief communication: bioarcheological and biocultural evidence for the New England vampire folk belief. Am J Phys Anthropol 1994;94(2):269–74.
9. Borrini M. Archeologia forense: metodo e tecniche per il recupero dei resti umani: compendio per l’investigazione scientifica. Bologna: Editrice Lo Scarabeo, 2007 (in Italian).
10. Roksandic M. Position of skeletal remains as a key to understanding mortuary behaviour. In: Haglund WD, Sorg MH, editors. Advances in forensic taphonomy. Boca Raton, FL: CRC Press, 2001;99–117.
11. Mincer HH, Chaudhry J, Blankenship JA, Turner EW. Postmortem dental radiography. J Forensic Sci 2008;53(2):405–7.
12. Cameriere R, Brogi G, Ferrante L, Mirtella D, Vultaggio C, Cingolani M, et al. Reliability in age determination by pulp ⁄ tooth ratio in upper canines in skeletal remains. J Forensic Sci 2006;51(4):861–4.
13. Cameriere R, Ferrante L, Belcastro MG, Bonfigli B, Rastelli E, Cingolani M. Age estimation by pulp ⁄ tooth ratio in canines by mesial and vestibular peri-apical x-rays. J Forensic Sci 2007;52(5):1151–5.
Información adicional y solicitudes de reimpresión:
Matteo Borrini, M.S.
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E-mail: matteo.borrini@gmail.com
© 2022. Del texto y traducciones, Javier Arries