Libro

los vampiros de drawsko

Datados: s. XVII. Descubiertos: 2009

HOCES SOBRE EL CUELLO

Mapa de Polonia con la ubicación de Pień

Ubicación de Drawsko, en Polonia

El descubrimiento se produjo en 2009 durante unas excavaciones arqueológicas en un cementerio moderno temprano en la localidad polaca de Drawsko, en la provincia de Wielkopolska, y que empezaron en 2008. El lugar se sitúa en una colina arenosa en la que se han hallado restos de entierros por cremación de la Edad del Bronce, y tumbas de fosa de los siglos I y II a.C. Un cementerio que se estableció allí mismo en el siglo XVII y activo aún en el siglo XVIII, catalogado como Drawsko 1, y al que pertenecen los restos encontrados, ha destruido en buena parte los vestigios más antiguos. La datación de los restos se ve facilitada por la presencia de monedas de cobre acuñadas por el rey polaco Jan Kazimierz (1648-1668).

Entre 2008 y 2012 se recogieron unos 285 esqueletos de Drawsko 1, pertenecientes a individuos de ambos sexos y todo tipo de edades. Aparecieron relativamente bien conservados y en ataúdes de madera. Pero seis de ellos fueron enterrados de una forma diferente a la norma que se siguió con el resto, y con elementos que hacen suponer que fueron tratados como vampiros potenciales, aunque no fueron enterrados en una zona separada, sino entre los demás. En todos ellos se conserva el contorno del ataúd::

  • Un hombre de unos 35 a 44 años, catalogado como 28/2008, hallado al noroeste. Se dispuso una hoz sobre su cuello. Una mancha verdosa sobre su cráneo indica la presencia de una moneda de cobre.
  • Una mujer de entre 35 y 39 años, catalogada como 24/2009, hallada al este. El cráneo estaba aplastado, pero posiblemente por actividades agrícolas recientes realizadas sobre el terreno. Se dispuso una hoz sobre su cuello. Manchas verdosas en el cráneo indican la presencia de una moneda de cobre.
  • Una mujer de entre 50 a 60 años, catalogada como 60/2010. Hallada en la parte central. Se dispuso una piedra sobre su cuello. Una hoz de grandes dimensiones se dispuso sobre su cadera. Se colocó una piedra sobre su garganta y sobre el esternón. Sufrió pérdida de dientes antes de morir. Una mancha verde en la zona del paladar indica que pusieron una moneca de cobre en su boca.
  • Una mujer entre 14 y 19 años, catalogada como 6/2012. Conserva todos sus dientes. Hallada al oeste. Se dispuso una hoz sobre su cuello. En la cabeza llevaba una diadema de cobre. Colocaron una moneda de cobre en su boca.
  • Una mujer de entre 30 y 39 años, catalogada como 49/2012. Hallada al suroeste. Dispusieron una hoz sobre su cuello. Manchas verdes en los dientes de la mandíbula inferior delatan la presencia de una moneda de cobre en su boca.
  • Una persona en edad infantil, catalogada como 29/2008.
Fotografía del hallazgo de Drawsko

Mapa que muestra la ubicación de los cuerpos en el cementerio.

Fotografía del hallazgo de Drawsko

28/2008

Fotografía del hallazgo de Drawsko

24/2009

Fotografía del hallazgo de Drawsko

24/2009. Detalle en el que se aprecia la hoz.

Fotografía del hallazgo de Drawsko

60/2010

Fotografía del hallazgo de Drawsko

60/2010. Detalle en el que se aprecia la hoz.

Fotografía del hallazgo de Drawsko

6/2012

Fotografía del hallazgo de Drawsko

6/2012. Detalle de la cabeza.

Fotografía del hallazgo de Drawsko

49/2012

Fotografía del hallazgo de Drawsko

49/2012. Detalle de la cabeza.

ENTERRAMIENTOS CON HOCES

Las hoces dispuestas sobre los cuerpos fueron puestas allí con el filo apuntando al cuerpo del finado. Sin duda se dispusieron de este modo para que si el difunto trataba de incorporarse y salir se cercenara a sí mismo. Las piedras sobre el pecho probablemente fueran puestos allí para evitar que el difunto pudiera abrir la boca y morder. Se ha apuntado también que la moneda en la boca podría servir para que el difunto no pudiera morder, pero no es inusual la costumbre de poner monedas sobre los ojos o en la boca, costumbre antigua, para pagar el tránsito al otro lado o como medida preventiva para que los malos espíritus no se apoderen del cuerpo.

Los datos y las imágenes sobre los individuos tratados de forma diferente en Drawsko han sido extraídos de un estudio[1], firmado por Marek Polcyn, profesor adjunto del departamento de Antropología de la Universidad Lakehead de Ontario, y Elżbieta Gajda, del Muzeum Ziemi Czarnkowskiej, de Czarnków, en Polonia, y publicado online el 7 de diciembre de 2015 por Cambridge University Press. El individuo catalogado como 29/2008 apareció en publicaciones posteriores.

Los autores del estudio refieren que cuerpos enterrados junto a hoces han sido encontrados en diferentes necrópolis medievales, y posteriores, de Europa Central (tratamos este tema en un artículo que puede consutarse aquí). Citan un artículo de Zuzana Slivenska Borzová[2] en el que la autora examina hasta 72 descubrimientos de hoces en el suroeste de Eslovaquia y fechadas entre los siglos VII a X. Sin embargo, a pesar de que muchas de ellas están en contacto directo con el cuerpo ninguna está sobre el cuello como en estos enterramientos de Drawsko; tampoco las que se encontraron también en aquel país de los siglos XVI al XVIII. Entre las conclusiones que destacan del artículo de Borzová está el hecho de que no parece haber una relación directa de la presencia de hoces con el sexo o la edad del difunto, tampoco con su etnia ni con su condición social. No difieren tampoco en su orientación de las tumbas de los cementerios en los que aparecen, ni su ajuar funerario es distinto.Tampoco están juntas ni en una localización concreta del cementerio.

Anotan también que se han encontrado también hoces en varias tumbas que datan de los siglos XI al XIII en Polonia, como se desprende de los trabajos de Kurasiński y Janowski[3] (hemos resumido tratado sobre su trabajo aquí), así como en Brandeburgo medieval y tardomedieval en Alemania, según Felix Biermann. La alta concentración de este tipo de enterramientos en la cuenca de los Cárpatos y la región central del Danubio en Eslovaquia, Hungría, Baja Austria y Rumania occidental, con respecto a otros lugares, sugiere, a algunos autores, que los eslavos aprendieron allí esta práctica y luego la llevaron consigo al oeste y al noroeste en el curso de sus migraciones. Esto es lo que sugieren, por ejemplo Kurasiński y Janowski[3].

Tal y como refieren Polcyn y Galja se ha tratado de interpretar de diferentes maneras el porque de estas hoces (de nuevo remitimos al artículo que escribimos sobre el tema aquí) las posibles interpretaciones que algunos autores han aportado para tratar de esclarecer el porqué de las hoces en los enterramientos inusuales. Descartan que los entierros con hoces de Drawsko represente un indicativo del oficio del difunto, ya que el pequeño número de entierros de este tipo no se corresponde con la importancia de la agricultura en el lugar en la Edad Media.

Que sean armas o utensilios de guerra también se descarta, pues aparecen en tumbas de niños y de mujeres en prácticamente la misma proporción que en la de hombres.

Polcyn y Galja se inclinan más por la interpretación mágica y religiosa. Es bien conocida la creencia de los pueblos eslavos del efecto apotropaico del hierro y de los instrumentos con punta o cortantes. Los autores del artículo mencionan, por ejemplo, citando a K. Moszyński, como en la víspera de la noche de San Juan es costumbre en Bielorrusia clavar hoces, guadañas y herramientas afiladas en las puertas para que las brujas se corten con ellas. Se emplean también este tipo de objetos para contrarrestar los hechizos, así como para proteger a las parturientas, los niños y los difuntos (ponen como referencia a F. Birtmsnn). Para ellos no hay duda de que el modo en que fueron colocadas las hoces tenía como objetivo cortar el cuello del difunto si intentaba incorporarse. A esto puede añadirse su valor como instrumento de defensa contra los malos espíritus para proteger al difunto y un símbolo de su tránsito al Más Allá.

Según dijo Polcyn en una entrevista:

«En todo el mundo, la gente cree que las herramientas afiladas, el hierro, todo lo que fue creado por fuego, a base de martillazos, tenía propiedades antidemoníacas».

Esqueletos de Drawsko

Los cuerpos catalogados como 6/2012 (izquierda) y 60/2010 (derecha).

LA FE DUAL

Concluyen asímismo que en ciertos períodos, al margen del dogma cristiano oficial, era posible que resurgieran creencias paganas a la hora de enterrar a los muertos en conflicto con los ritos aceptados por la comunidad. El siglo XVII habría sido uno de esos periodos, un tiempo convulso en el que Polonia sufrió guerras, con las cosiguienes epidemias y hambrunas, que mantuvieron al país en una crisis perpétua. La Contrarreforma y el clero católico contrario al protestantismo promovieron un clima de fanatismo religioso y de miedo a todo lo relacionado con la brujería y el diablo. Ese temor habría provocado el resurgimiento de viejas creencias. En realidad este miedo al diablo, y este es un apunte nuestro, fue alimentado tanto desde las filas católicas como desde las protestantes. El caso es que ese renacer de creencias paganas acerca de los difuntos peligrosos es el que se muestra, según Polcyn y Gajda, en estos enterramientos de Drawsko. Sería lo que se llama un fenómeno de «Dvoeverie» («doble creencia» o «doble fe»).

Refiriéndose a la gente de aquel tiemo Polcyn decláró en una entrevista, según el Smithsonian Magazine que «ellos a menudo se referían al mundo que habían conocido por tradición oral, que muy probablemente estaba enraizado en creencias que se remontaban a tiempos paganos, un mundo alternativo para explicar las cosas que sucedían a su alrededor y que no podían entender».

Mencionan también a Leonard J. Pelka, autor de Polska demonologia ludowa, que, como muchos otros especialistas, apunta el hecho de que los individuos con ciertas peculiaridades físicas entraban en la categoría de personajes sospechosos, peligrosos una vez muertos, como los que tienen mucho vello, una cabeza de grandes proporciones, las cejas juntas, una doble fila de diente, una tez demasiado roja, o por haber nacido con lo que en algunos países de llama «camisa», la bolsa amniótica; y también aquellos que mostraran alguna deformidad física, como cojera, raquitismo, joroba. Concretamente en los enterramientos de Drawsko no se observa que los difuntos tuvieran alguna de estas deformidades.

Parece entonces más probables que el porqué de estos enterramientos obedece a otras causas, quizá culturales, la forma en que vivieron, o en la que murieron. La creencia de que algunas personas podían tener poderes sobrenaturales, como brujos, sanadores, o depositarios de otros saberes sospechosos, y quizá la forma en que morían, podrían haber provocado el miedo de sus vecinos, de modo que cuando morían se tomaban precauciones para que no regresaran.

En una sociedad rural y agrícola aquellos que se dedicaban a oficios diferentes a los que ostentaban el común de los vecinos, que generalmente eran agricultores, eran sospechosos también de coquetear con fuerzas oscuras, si no de pactar abiertamente con el maligno, Molineros, herreros, cazadores, posaderos y alfareros, como dice Stomma, estaban en el punto de mira.

Hay formas de morir que resultaban peligrosas para la comunidad. Los que tenían una «mala muerte» podían regresar y dañar a los vivos. ¿En qué consiste una mala muerte? Aquella que viene por medios violentos como el asesinato, los accidentes, ahogamientos, aborto, o el suicidio; o la que sobreviene durante algún evento crucial en la vida del difunto. Por ejemplo sufre una mala muerte el que muere durante su boda, la mujer que muere embarazada o al dar a luz, el que muere durante la confirmación. Además también son peligrosos los difuntos que no han recibido el tratamiento apropiado antes o después de morir, como recibir los santos óleos, o no ser enterrado de la forma debida, los niños no bautizados; porque el tránsito de la vida a la muerte requiere que se haga mediante rituales precisos que deben ser llevados a cabo de la forma correcta, o el difunto no podrá hacer bien ese tránsito y se quedará atrapado entre el mundo de los vivos y de los muertos, y entonces se convertirá en alguien peligroso.

Polcyn y Gajda mencionan la obra Antropologia kultury wsi polskiej XIX, de Ludwik Stomma[4], en la que se mencionan hasta catorce personajes del folclore que responden a las características anteriores. De un total de 500 relatos populares en el siglo XIX los diferentes tipos de muertes que se relatan en ellos son estos:

  • Muertos por ahogamento: un 20,2%.
  • Personas que murieron sin ser bautizadas: un 18%.
  • Niños abortados: 11%.
  • Suicidas: 8,6%.
  • Personas que murieron de forma violenta: 8,4%.
  • Personas que murieron durante su boda: 8%.
  • Personas ahorcadas: 7,6%.
  • Niños nacidos muertos: 7,6%.
  • Mujeres fallecidas al dar a luz: 2,8%.
  • Personas comprometidas que murieron durante su boda o justo antes: 2,8%.
  • El restante 3% lo suman personas con poderes sobrenaturales: brujas, aojadores, gente que puede manipular el tiempo, hombres lobo,...

¿Qué se puede decir entonces de los hallazgos de Drawsko? Polcyn y Gajda sugieren estas posibilidades:

  • La adolescente de la tumba 6/2012 podría sido víctima de alguna de estas formas de «mala muerte».
  • La mujer de la tumba 60/2012 murió con a una edad avanzada, de 50 a 60 años, así que probablemente murió de forma natural, pero quizá era herbolaria, adivina, sanadora, partera... Bruja probablemente no, ya que fue enterrada en suelo sagrado, pero relacionada con saberes y ocupaciones que podían levantar sospechas.
  • Los personajes de las tumbas 28/2008, 24/2009, 49/2012 murieron relativamente jóvenes. Quizá se dedicaran a algún oficio sospechoso.

En cualquier caso lo habitual en estos casos es que a este tipo de personas se les enterrara fuera de los límites sagrados del cementerio, en la proximidad de los muros o cercas que marcaban la parte más alejada de la aldea, en carreteras, campos, lugares aislados que en el folclores son los típicos lugares de aparecidos. Esto no es así en los enterramientos de Drawsko, donde los cuerpos fueron tratados en igualdad de condiciones que el resto, siendo depositados en terreno sagrado y con los mismos ritos cristianos que se observan en los demás. Y sin embargo se les tenía suficiente miedo como para añadir ese conjunto que forman la hoz, la piedra y la moneda en la boca.

El hecho de que fueran enterrados según el rito común lleva a Polcyn y Gajda a descartar que estos cuerpos hayan sido tratados como como vampiros (upiór es la palabra que utilizan), prefiriendo emplear el térnimo antidemoníaco ya que, dicen, las prácticas antivampíricas implican reabrir y profanar las tumbas, cortarles la cabeza, ponerlos bocabajo, etc.). No obstante creo que es importante recordar que este ttipo de prácticas, sí, se llevaban a cabo cuando acontecía un suceso en la aldea achacable que sus habitantes podían achacar a la acción de un vampiro; pero en otras ocasiones las medidas que se tomaban contra los vampiros eran preventivas. Algunas personas podían convertirse en vampiros al morir, y antes de que eso ocurriera se tomaban medidas, como por ejemplo, colocar una hoz sobre su cuello para evitar que si así fuera se levantaran. Si después de enterrarlos no pasaba nada simplemente no se les molestaba más.

POSIBLES FORASTEROS O APESTADOS. DESCARTADO.

Una de las monedas halladas en Drawsko data del año 1661, en el que hubo una epidemia de cólera en la región. Esto y el hecho de que el cementerio esté fuera del asentamiento y lejods de una iglesia, como sería de esperar, llevó a algunos arqueólogos, como Wyrwa[5] y Polcyn, a afirmar que se trata de un cementerio donde se enterró a las víctimas de la epidemia, aunque lo normal era enterrarlos en una fosa común, no en tumbas individuales, como ocurre en Drawsko. Alegaban así mismo que algunos ataúdes eran demasiados largos o demasiado cortos, lo que sería un reflejo de un entierro rápido, en el que no hay tiempo de buscar un ataúd que se ajuste convenientemente. En apoyo de esta idea afirmaban también que el cementerio parece un lugar improvisado, que las tumbas están desordenadas, comosi hubieran sido enterrados con premura. La enfermedad habría sido atribuida a los vampiros, así que habrían tomado medidas. Conforme la enfermedad pasa y dejan de haber muertes los pobladores se dirían a sí mismos que sus medidas habían sido efectivas. Otros autores mencionan este dato y la hipótesis de que se trate de enfermos de cólera; entre ellos Kurasiński y Janowski[3]

También se lanzó la hipótesis de que los supuestos vampiros eran forasteros, pero un estudio[6], publicado en Plos One, y realizado por científicos en Estados Unidos (Lesley A. Gregoricka, Tracy K. Betsinger, Amy B. Scott, y Marek Polcyn), demuestra, tras un análisis de las proporciones del isótopo de estroncio radiogénico en el esmalte dental en 60 individuos del cementerio 29 mujeres adultas, otros tantos hombres adultas y los individuos 6/2012 y 29/2008, dos de los que ocupaban «enterramientos desviados»), que no hay diferencias genéticas entre los individuos que recibieron un tratamiento funerario diferente al del común de los cuerpos del cementerio.

Básicamente el método se basa en que los isótopos de estroncio, que son el resultado de la descomposición de rubidio en las rocas se acumula en mayor medida en las rocas más antiguas, como el granito, mientras que su proporción es menor en rocas jóvenes como el basalto. Gracias a este hecho la mezcla de rocas de un lugar determinado tiene una «firma» local. Los humanos y los animales acaban consumiendo pequeñas cantidades que acaban por mineralizarse en los dientes. El esmalte dental se mineraliza en la infancia, de modo que el análisis del mismo permite saber si un individio ha nacido en un lugar o en otro.

El análisis en Drawsko demostró que los individuos que fueron enterrados de forma diferente eran de la región, y lo que provocó que fueran tratados así tiene una causa independiente a su origen. La región, y Polonia en general fueron el destino de migraciones de gentes de muy diversa procedencia, pero este hecho no parece estar relacionado con este tipo de inhumaciones. En todo caso, los individuos del cementerio que presentaban niveles de estroncio diferentes al de los locales tampoco habían sido enterrados de ninguna manera particular, ni con objetos en su ajuar funerario que indicaran su origen.

En el artículo los autores discuten sobre los enterramientos desviados encontrados hasta ahora en Polonia. La siguiente tabla, con enterramientos de este tipo en Europa, forma parte del mismo, y refleja las características de este tipo de enterramientos que difieren de los enterramientos «normales»:

Tabla 1

Basándose en estudios de diferentes especialistas apuntan que personas podrían haber sido objeto de tales prácticas:

Individuos condenados al ostracismo durante la vida por sus características físicas extrañas, los nacidos fuera del matrimonio o que vivieron sin bautizar, y cualquier persona cuya muerte fue inusual de alguna manera: prematura, violenta, como resultado de un suicidio o incluso como el primero en morir en un brote de una enfermedad infecciosa brote: todos se consideraron como candidatos a ser reanimados después de la muerte.

Se hacen eco también de la opinión de algunos investigadroes acerca de que el cristianismo, en sus primeros años en Polonia, podría haber asimilado algunas costumbres paganas,. El período crítico de la Reforma podría haber propiciado el que algunas creencias paganas asociadas al miedo a los retornados resurgieran y convivieran con las prácticas cristianas, e incluso que fueran aceptadas por los religiosos:

«La naturaleza turbulenta del período de la Reforma en Polonia pudo haber permitido que las creencias paganas sobre el vampirismo y los muertos vivientes persistieran en lo que se había convertido en un orden social predominantemente cristiano... Esta aceptación de los ritos funerarios paganos puede haber beneficiado a la Iglesia en términos de alentar la adhesión a la doctrina de la Iglesia».

Para sustentar la afirmación de que algunas prácticas paganas en el ámbito funerario sobrevivió a la cristianización citan un trabajo de Monika Garas[7], del cual hemos hecho una reseña aquí. En su artículo Garas analiza algunos aspectos sobre la cristianización y las prácticas funerarias en Pomerania, describiendo como paganas la costumbre de dejar objetos, alimentos en la tumba, así como la de dejar monedas junto al cuerpo.

Hablando de monedas y de otro ajuar funerario, los autores de este estudio mencionan que se han descubierto hasta tres medallas, dos de ellas de San Benito, aunque en cuerpos de enterramientos no desviados. De todos modos es sabida la creencia de la influencia de la llamada cruz y oración de San Benito contra los malos espíritus.

Se han encontrado 119 monedas, lo que representa un 36% de las tumbas excavadas hasta la redacción del artículo. Las monedas, algunas de las cuales se colocaban debajo de la lengua, nos recuerdan, se colocan junto al cadáver como medida apotropaica.

Los autores del estudio ven muy improbable, que dada la extensión del cementerio de una población tan pequeña como Drawsko éste hubiera sido un cementerio creado con la intención de enterrar a las víctimas de una plaga. Tampoco el rango de edades se corresponde con el esperado si fuera así. Pero no descartan que las seis personas que están enterradas con medidas apotropaicas no hubieran sido víctimas de una plaga. Al morir una primera víctima de una enfermedad infecciosa, que luego se cobraba más víctimas, la población sospechaba que el primero en caer había arrastrado a los otros. Así que quizá estos, en su opinión, podrían haber sido los primeros enfermos de diferentes brotes contra los que habrían tomado medidas preventivas para evitar más muertes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

https://www.cevnad.sav.sk/aktivita_1_1/slovenska_archeologia_2006_2.pdf

https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0113564

https://www.revistaadios.es/noticia/793/Los-vampiros-polacos-del-cementerio-de-Drawsko-eran/-victimas-del-colera.html

https://www-cambridge-org.translate.goog/core/journals/antiquity/article/buried-with-sickles-early-modern-interments-from-drawsko-poland/791AADE59597383DA4D5EA0221034AF9?_x_tr_sl=auto&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es&_x_tr_pto=wapp#article

https://journals-plos-org.translate.goog/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0113564&_x_tr_sl=auto&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es&_x_tr_pto=wapp

https://www.cambridge.org/core/journals/antiquity/article/buried-with-sickles-early-modern-interments-from-drawsko-poland/791AADE59597383DA4D5EA0221034AF9#article

 

FUENTES

Artículos

  • [1] Polcyn, M., & Gajda, E. (2015). Buried with sickles: Early modern interments from Drawsko, Poland. Antiquity, 89(348), 1373-1387. doi:10.15184/aqy.2015.129. Disponible aquí.
  • [2] Borzova, Z. 2006. Kosáky v hroboch z obdobia včasného stredoveku na Slovensku. Slovenská Archeólogia 54: 209–37. El número de la revista donde fue publicado está disponible en pdf aquí.
  • [3] Kurasiński, T. & Janowski, A.. 2010. Rolnik, wojownik czy ‘odmieniec’? Próba interpretacji obecności sierpów w grobach wczesnośredniowiecznych na terenie ziem polskich. Acta Archaeologica Lodziensia 56: 79-96. Disponible aquí.
  • [4] Stomma, L. 2000. Antropologia kultury wsi polskiej XIX w. Gdańsk: Tower Press. Disponible aquí.
  • [5] Wyrwa A (2005) Prahistorycne i średniowieczne ślady osadnictwa w rejonie Drawska, gm. loco, woj. wielkopolskie. Fontes Archaeol Posnanienses 41:275–298.
  • [6] Gregoricka LA, Betsinger TK, Scott AB, Polcyn M (2014) Apotropaic Practices and the Undead: A Biogeochemical Assessment of Deviant Burials in Post-Medieval Poland. PLoS ONE 9(11): e113564. doi:10.1371/journal.pone.0113564. Disponible en pdf aquí, y online aquí.
  • [7] Garas M (2010) Pochówki atypowe na cmentarzyskach zachodniopomorskich w dobie chrystianizacji. In: Skóra K, Kurasiński Teditors. Wymiary inności: Nietypowe zjawiska w obrezędowości pogrzebowej od pradziejów po czasy nowozytne Lódz, Poland: Acta Archaeological Lodziensia 56. pp. 51–64. Disponible aquí.

 

 

  • [4] Somogyi 1982 - P. Somogyi: a kárpát-medencei sarlós temetkezési szokás eredete. Arch. Ért. 1982, 191-200. El número de la revista donde fue publicado está disponible aquí.
  • [6] Slivenska, Z. 2004. The sickles in graves during the period of early middle ages from the territory of Slovakia. Annales Universitatis Apulensis, Series Historica 8: 7–11. Disponible aquí.
  • [8] Kubicka, A. 2020. Czy nietypowe groby odkrywane na wczesnośredniowiecznych stanowiskach archeologicznych z terenu Polski to pochówki wampirów?. Ogrody Nauk i Sztuk. 4, 4 (luty 2020), 157–160. Disponible aquí.

 

Diarios

Locales (Polonia):

Internacionales:

CRÉDITOS DE IMÁGENES

  • Kaptorga del enterramiento de Kolín: By Zde - Own work, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=68445087

© 2022. Del texto y traducciones, Javier Arries

Libro

© 2021. Diseño y contenido por Javier Arries

email
Ouroboros

«A veces, se alzan puertas. Atravesarlas o pasar de largo; esa es la elección del viajero, la causa de su grandeza y de su eterno peregrinar. Viajero llama a la puerta si quieres pasar...»