Brujería y vampirismo
Relaciones entre la brujería y el vampirismo
ACADEMIA DOS HUMILDES E IGNORANTES
El texto que nos ocupa lleva el farragoso título de Academia dos humildes, e ignorantes no sitio de N.S. da Consolação sua protectora, dialogo entre hum theologo, hum letrado, hum filosofo, hum ermitão, hum estudante, e hum soldado, que a todos os seus anjos, e santos advogados ... dedica ... Fr. Joaquim de S. Rita ... He writes, in "Ao leitor" to volume VII: "Amigo. Sembre julguei me não saberias com certeza o nome, que te encumbri nos primeiros seis tomos com as letras D.F.J.C.D.RBH, que nada significavão ...", y consiste en una serie de conferencias, en portugués, recogidas en ocho volúmenes, el primero de los cuales se imprimió en 1759. Lo firma Joaquim de Santa Rita. Entre las conferencias se recoge una expuesta en una convención de mayo de 1762, en la que un experto en teología habla sobre brujería y cuerpos resucitados. Extraemos el siguiente texto:
«Pero ya que hablamos de brujas, dijo el señor teólogo, ¿qué clase de gente es ésta? Es cierto (dijo el teólogo) que hubo y hay hechiceros; y son hombres y mujeres que entregan su alma al diablo, y le entregan un escrito hecho con su sangre, reniegan de Dios y de la Virgen María, y de todos los Misterios de nuestra Santa Fe; y ellos le adoran, y reconocen al diablo por su Dios y Señor, y éste se obliga a hacerlos ricos, afortunados, y venerables, pero no cumple nada de lo que les promete, ni puede hacerlo tampoco, y los aflige y mortifica siempre, obligándoles a desenterrar cadáveres y comerse su cerebro y entrañas, y usar la grasa para hacer el ungüento con el que se ungen, con el cual se reúnen, tanto hombres como mujeres, en algún sitio determinado, donde el diablo aparece con figura horrendísima, de ordinario como una cabrón negro, excesivamente grande, y todos van a besarle la parte más sucia del cuerpo: Después le hacen sacrificios con prendas negras, y fuegos de azufre, y bailan al son de instrumentos horribles, y llevan guisos diversos hechos de cadáveres y animales, y luego realizan actos deshonestos con los demonios; es necesario advertir que cada mago tiene un diablo, que le sirve como mujer, y cada bruja un diablo, que le sirve como marido, y como el diablo es espíritu y no tiene cuerpo, se vale para ello de los cadáveres de los gentiles, y de los moros, y de palos y las piedras, e incluso del mismo aire, por lo que dichos cuerpos y sus miembros están fríos, y las voces parecen de trompetas, y por la más alta providencia de Dios no permite el diablo que el brujo toque a la bruja: y el diablo es tan astuto que durante estos ayuntamientos les muestra imágenes de personas mayores y dignidades eclesiásticas y seculares, conocidas de todos, para que los miserables crean que todo el mundo adora y conoce a su señor, y que poco debe importarles a ellos rendirle sumisión, y así son innumerables las personas tenidas por hechiceras en la opinión de estos miserables, siendo todo falso, todo ilusión, y fingimiento del diablo, quien les dice a las hechiceras que bebiendo sangre de niños, se volverán jóvenes, y muy hermosas, a tal efecto los matan, y beben sangre, y les parece que cada vez están más hermosas y jóvenes; y cada vez ellas, y también ellos, son en realidad más negros, tiznados y malolientes, tal y como vemos en los Autos públicos de Fé".»
Hemos destacado en negrita la frase en la que el texto afirma que los demonios familiares que sirven a brujos y brujas utilizan cadáveres de judíos y mahometanos para reanimarlos y así poder tener relaciones sexuales con ellos.
Asimismo hemos destacado la frase en la que se mencionan las prácticas de brujos y brujas de matar niños para beberse su sangre en la creencia de que así rejuvenecerán, la misma que se imputaba a la famosa condesa húngara Erzsébet Báthory.
© 2022. Del texto y traducciones, Javier Arries