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El vampiro de Modrá

Un niño vampiro

UN VAMPIRO MORAVO

Vampiro de Modrá

El cuerpo hallado en el Museo al Aire Libre de Modrá muestra el cráneo hundido por una piedra de gran tamaño. Foto de Radio Praga.

El año pasado nos sorprendía el hallazgo en Venecia de los restos de una mujer que presentaba un ladrillo encajado en la mandíbula, a consecuencia, según el doctor Mateo Borrini, de algún tipo de ritual antivampiros que se le aplicó post-mortem. Escribimos una reseña extensa sobre el asunto aquí. Ahora es Radio Praga la que nos sorprende con la emisión de una noticia según la cual se ha descubierto un cadáver que también habría sido tratado como vampiro en Modrá, Moravia. La noticia puede leerse en su web, con fecha del 29 de abril de 2010.

La Gran Moravia

Territorio de la Gran Moravia en tiempos del rey Svatopluk I, siglo IX.

Modrá se encuentra a unos 7 kilometros de la ciudad de Uherské Hradiště en la región checa de Zlín (coordenadas: 49° 06’ 42’’N 17° 24’ 11’’E). Se trata de un asentamiento eslavo que formó parte del Imperio conocido como la Gran Moravia, que aglutinó a las tribus checas, eslavas y moravas. Este vasto imperio conoció una época de florecimiento cultural hasta que fue destruido en el siglo X por las invasiones magiares. Cerca de Modrá hay una colina en la que unas excavaciones de 1911 revelaron los restos de una iglesia que databa de los tiempos de la Gran Moravia. Pocas décadas después, en los cincuenta, sucesivas excavaciones revelaron la existencia de una necrópolis en la que se hallaron hasta 36 tumbas, convirtiéndose la zona en un Museo al Aire Libre en el que se realizan periódicamente excavaciones en busca de nuevos restos.

Vista de Modrá

Vista de Modrá. Imagen de Dominio Público.

Este nuevo hallazgo se ha producido por casualidad. Los obreros cavaron hasta un metro de profundidad para colocar cableado eléctrico cuando dieron con una estrecha tumba con los restos que se aprecian en la fotografía que inicia este artículo. En palabras de Miroslav Vaškových, jefe del departamento arqueológico del museo:

No teníamos ni la menor idea de que se trataba de un vampiro porque primero vimos sólo un montoncillo de piedras planas. La zanja para el cable tenía sólo medio metro de ancho. Hasta que se quitara la primera piedra se mostró que por debajo se encontraban huesos de ambas pantorrillas humanas. Los trabajos se suspendieron inmediatamente y se inició la investigación arqueológica.

Vaskovych

Miroslav Vaškových, jefe del departamento arqueológico del Museo al Aire Libre de Modrá. Foto: CTK

La Gran Moravia fue el primer gran estado que aglutinó a los eslavos occidentales. Esta rama de la familia eslava ha desarrollado sus propias tradiciones acerca de la figura del vampiro, a menudo entremezcladas con las de vukodlak, el hombre lobo. Así, en la creencia de los eslavos occidentales algunas personas, especialmente hechiceros, nacen predestinadas a convertirse en vampiros al morir. A menudo se les achacaba determinadas marcas o signos físicos, de modo que, afirma Vaškových, ciertas características anatómicas como tener las articulaciones curvadas, deformaciones en la cara, el cráneo demasiado alargado, etc. era un indicativo de su condición. Al morir se tomaba todo tipo de precauciones para que el cuerpo saliera de la tumba y causara daños a los vivos.

Una de las medidas consistía en impedir que el cuerpo se pudiera mover, lo que explicaría otros hallazgos similares en los que los cuerpos aparecen atados, con las piernas rotas, etc. El método más drástico consiste en "inutilizar" el cuerpo empalándolo, cortándole la cabeza, o destrozando el cráneo como parece ser el caso. Además el cadáver, que parece ser el de un niño, con una estatura de 1,30 metros, fue enterrado en un hueco especialmente estrecho como para impedirle todo movimiento. En palabras de Vaškových:

El foso de la tumba estuvo tapado con piedras para que el vampiro no pudiera salir. Las piedras areniscas en la tumba del vampiro de Modrá están además quemadas, porque el fuego tenía efectos de purificación. Otro rasgo típico de estas tumbas de vampiros es una fosa muy estrecha. Parece que el vampiro de Modrá era un niño, tenía una altura de 1,30 metros, aproximadamente, pero estaba apretujado en una fosa de 30 centímetros de ancho para que se sintiera incómodo.

© 2010. Del texto y traducciones, Javier Arries

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«A veces, se alzan puertas. Atravesarlas o pasar de largo; esa es la elección del viajero, la causa de su grandeza y de su eterno peregrinar. Viajero llama a la puerta si quieres pasar...»