Vampiros en Through Savage Europe, de Harry de Wint
(1877 y 1907)
EXPLORADOR Y VIAJERO
El capitán Harry Willes Darell de Windt nació en París el 9 de abril de 1856 y murió en Bournemouth el 30 de noviembre de 1933. Su padre era el capitán Joseph Clayton Jennyns de Windt, de Blunston Hall, Highworth. Entre 1876 y 1878 estuvo viajando junto a su cuñado Charles Brooke, Rajah de Sarawak.
Fruto de sus aventuras fueron varios libros de viajes que firmó como como Harry de Windt.
Su obra la componen cuatro libros:
- Overland from Paris to New York via Siberia.
- Peking to Paris.
- Russia to India via Persia.
- Through Savage Europe.
Este último, Through Savage Europe, fue publicado en 1907 por T. Fisher Unwin, en Londres, y se describen en él los viajes que realizara por los Balcanes y el sur de Rusia como corresponsal del Westminster Gazette.
VAMPIROS EN LA OBRA DE HARRY DE WINDT
En el capítulo 6, llamado Through Herzegovina (A través de Herzegovina) Harry de Windt, hace algunos comentarios breves sobre vampiros y relata un caso que habría ocurrido en la proximidades de Belgrado. Poco después relata que le señalaron a un individuo de extrema palidez y ascpecto enfermizo, del que sus compatriotas afirmaban que era la víctima de un vampiro y que por tatno se convertriría en uno al morir.
El texto es breve, y vamos a traducirlo al castellano a partir de una copia digitalizada de la obra:
Los herzegovinos son todavía más supersticiosos, si cabe, que los italianos. A ningún hombre, mujer o niño se les ocurriría salir sin uno o dos encantamientos que se venden en el bazar. La mayoría de estos talismanes consisten en cruces y estrellas de oro y plata, calaveras de marfil, pequeñas tortugas, conejos de cornalina, manos de coral contra el mal de ojo, y otros muchos, y además el amuleto que se usó en vida se entierra con su portador para asegurarle el paso a través del Styx. Esta práctica no sólo es seguida por los herzegovinos, pues cada oficial austriaco que he conocido aquí llevaba un fetiche - del cual probablemente renegaría si estuviera en casa. No nos sorprende por tanto que las supersticiones referentes a vampiros hallan llegado hasta aquí desde el vecino país de Serbia, donde nació [en este punto del documento hay una nota que identifica la palabra servio con vampiro: Serb = Wampir].
En Herzegovina se dice que un vampiro es el alma de un muerto, que deja su tumba durante la noche para chupar la sangre de su víctima viva. Me dijeron muy seriamente que cuando uno de estos monstruos fue exhumado cerca de Belgrado mostraba todos los signos de estar vivo, y que dormía y respiraba tan tranquilamente como antes de morir, ¡un siglo antes! Esto ocurrió hace treinta años, y según la costumbre el cadáver fue decapitado, y con una estaca se atravesó el cuerpo, que por último fue quemado - la tumba fue purificada con agua y vinagre.
Me señalaron a un individuo flacoo, cadavérico, que frecuentaba el Café de hotel en Mostar, como una víctima de las visitas nocturnas de un vampiro, por lo que él mismo se convertiría en uno al morir. Mi informante era un comandante de cabellos grises, que se ofendió profundamente cuando le sugerí que la indigestión y otras dolencias similares provocaban una palidez antinatural. Pero el comandante era húngaro, y allí esta superstición está casi tan arraigada como en la Rusia Blanca, Polonia, Hungría y Servia, por lo que la sugerencia fue recibida con un silencioso desdén.
Suponiendo que el año de publicación del libro coincide con el del viaje de Harry de Wint el supuesto vampiro de las afueras de Belgrado habría sido ejecutado en 1877.
© 2010. Del texto y traducciones,Javier Arries