Los vampiros de Mehedinți
(últimos años del siglo XIX)
Los casos que aquí se describen fueron descritos por Montague Summers en su obra The Vampire in Europe. Él los toma a su vez del Dr. Tudor Panfile, folclorista rumano que las publicó en 1914 en el periódico local Ion Creangă. A su vez fueron retomados en una obra publicada en Bucarest en 1927 de N. I. Dumitrasc̨u: Strigoii - din credintele, datinile si povestirile poporului roman, vol. XXXVIII.
Todos ellos tuvieron lugar en la región de Mehedinți, al sur de Rumanía muy cerca de la frontera con Bulgaria. Los siguientes casos tuvieron lugar en localidad de Cusmir o Cujmir.
El primero habría ocurrido 20 ó 30 antes de 1914, tras la muerte en Cusmir de un hombre soltero y lisiado. Poco tiempo después algunos parientes enfermaron y algunos llegaron a morir. Se quejaban de que se les estaba secando una pierna, de modo que las sospechas recayeron sobre el lisiado. Por fin, lo desenterraron un sábado por la noche y lo encontraron con un tono rojizo de piel. Se pararon en un rincón de la tumba, le extrajeron el corazón y el hígado, como era habitual, los quemaron, los redujeron a cenizas y se las entregaron a su hermana y a los parientes enfermos, los cuales las mezclaron con agua para bebérselas, después de lo cual recuperaron la salud.
El segundo caso también ocurrió entre los componentes de una misma familia. Se produjeron el seno de la misma varias muertes, la mayoría de jóvenes saludables. Pronto se sospechó que las muertes eran producidas por un vampiro, y las sospechas recayeron sobre un anciano de la familia que hacía mucho tiempo que estaba sepultado.
Para comprobar si era él causante de las muertes lo desenterraron. Los sorprendidos testigos de la exhumación se lo encontraron en cuclillas "a la manera turca", dentro de su ataúd. Mostraba un aspecto sonrosado, lo que se interpretó como señal de que se había estado alimentando de sus familiares. Intentaron sacarle de allí pero sin éxito, porque "se resistió", según narran. Uno de los asistentes le golpeó con un hacha y por fin salió de la tumba. Intentaron cortarle con un cuchillo pero les fue imposible. Al final fue necesario recurrir a una hoz y a un hacha grande, con las cuales consiguieron extraerle el corazón y el hígado. Ambos se pusieron en un fuego y cuando se redujeron a cenizas se mezclaron éstas con agua y le dieron a beber esta mezca a los enfermos de la familia, a aquellos que pensaban que estaban siendo visitados por el vampiro para drenarles la vida. Los restos del presunto vampiro fueron enterrados de nuevo. Según se dice los enfermos empezaron a mejorar en pocos días y ya no hubo más muertes.
El siguiente caso habría ocurrido en Văguileşti (Văgiuleşti), donde un campesino procedente de Transilvania se había establecido allí casándose con una mujer local. Los hijos de Dimitriu Vaideanu, que así se llamaba el hombre, morían irremediablemente. Siete de ellos murieron a los pocos mese de nacer, y algunos de los niños que habían conseguid hacerse mayores también acabaron muriendo. Sus vecinos empezaron a preguntarse que es lo que podría estar causando aquellas muertes. Sospechando que fuera un vampiro llevaron una noche un caballo blanco y le hicieron pasar sobre las tumbas de todos los familiares muertos de la mujer de Dimitriu. Pero cuando llegó a la tumba de Joana Marta, la madre de la esposa de Dimitriu, que en vida tenía fama de bruja, el caballo se detuvo y empezó a cocear la tierra. Dimitriu y uno de sus hijos tomaron velas y fueron hasta la tumba para exhumar a su suegra. La encontraron sentada "a la manera turca", con su largo cabello cayéndole sobre la cara. La piel mostraba un tono rojizo y tenía las uñas extremadamente largas. Hicieron una hoguera con trozos de viejas cruces, rastrojos, y trozos de madera. Añadieron vino y paja y la quemaron. Después volvieron a cubrirla con tierra antes de irse a casa.
Los dos casos de Cumir son muy similares. Los afectados son siempre familiares del supuesto vampiro, y para poder curarse recurren al método tradicional de extraer el corazón, en esta región también el hígado, quemarlos hasta reducirlos a cenizas y tomarlas, mezcladas con agua. El tercero es un ejemplo de la tradición según la cual un caballo blanco, que generalmente debe ser conducido por un muchacho virgen, rechazará pasar por encima de la tumba de un vampiro.
© 2020. Del texto y traducciones,Javier Arries