libro

La Llave de la vida

Antes de introducirnos en el simbolismo de la cruz ansada, digamos, como curiosidad, que pese a que a menudo se le considera de origen exclusivamente egipcio el mismo símbolo, pero con el óvalo lleno, se encuentra en la cultura mochica o moche, que floreció en la costa norte de Perú entre los siglos I y VI d.C.

No obstante el Ankh, que debería pronunciarse como anj, es un símbolo típico del Egipto faraónico. Se trata en realidad de un jeroglífico, es decir, de un trazo, un ideograma, que representa a una palabra. Dicha palabra en este caso es la palabra ankh, que en egipcio significaba "vida". Por su origen se la conoce también como Cruz Egipcia, o Cruz del Nilo. Su forma es la de una Tau; es decir, una T, rematada en la parte superior por un óvalo. Algunos dioses la portan en su mano, bien agarrándola por el eje vertical, o, con más frecuencia, asiéndola por el óvalo como si éste fuera un asa, de ahí que se la haya denominado crux ansata, que en latín significa "cruz ansada"; es decir, cruz con asa. Por esta forma de asirla que tienen los dioses, como si fuera una llave, recibía también el nombre de nem ankh, "llave de la vida". Y así es interpretada a menudo, como la llave que abre la puerta a los Campos de Ialú, el Más Allá egipcio. El difunto abre con ella la puerta que separa el mundo físico del ultraterrenal.

El ankh y la diosa Isis

Imagen de la diosa Isis en Karnak. Sobre el brazo de la diosa puede apreciarse el jeroglífico del ankh, que, como puede verse a su izquierda en esta imagen, suele venir acompañado del jeroglífico uas, que representa un cayado con la cabeza y la cola del dios Set, representando fuerza; y del jeroglífico djed, una columna vertebral de toro según unos, un tallo de papiro según otros, símbolo de salud: Fuerza, Salud y Vida. Imagen de dominio público.

El ankh representa entonces a la vida, entendida ésta como el hálito que anima a los seres, hálito que procede, en última instancia, de la Divinidad creadora, de la cual los demás dioses no parecen ser sino manifestaciones, personificaciones de Sus atributos, o de Su presencia en el Universo manifestado. Este significado se manifiesta de forma muy clara en ciertas representaciones en las que aparece el disco solar, emitiendo rayos que acaban en pequeñas manos asiendo ankhs que ofrece a la nariz de los personajes que aparecen en la escena. No puede haber mejor metáfora de la luz y el calor de la vida irradiando a partir del Centro divino, simbolizado por la esfera solar que da luz, calor y vida a la Tierra. Esta representación es típica del periodo del faraón Akenatón que trató de imponer el culto a Atón, una deidad portadora del ankh. Otras divinidades portadoras son, por ejemplo, las diosas Sekhmeth y Hathor, o Ptah, a quien se representa con un cetro que es una combinación del ankh y la columna djed.

Akenatón y Nefertiti reciben el aliento de la vida

En esta estela que puede verse en el museo egipcio de Berlín, la familia real de Akenatón y Nefertiti reciben dones del disco solar, que representa al supremo dios Atón. Los rayos solares acabados en manos, envían la fuerza de la vida divina, su aliento, representado por ankhs, a la nariz de los miembros de la familia, para que lo inhalen. Imagen de dominio público.

Relación con isis y la Madre Universal

Mucho se ha especulado sobre si el ankh representa a un objeto concreto, y en ese caso, a cual. Todavía es un misterio para la Egiptología, y motivo para diversas teorías y especulaciones, algunas de las cuales seguramente se complementen entre sí.

A menudo las representaciones del ankh parecen hacer ver que el óvalo está "atado" por un nudo al resto de la estructura. De hecho con frecuencia se la identifica con el "nudo mágico", y parece participar de la "magia de los nudos", una forma de magia universal que se encuentra en culturas muy alejadas entre sí, y cuya idea básica es la de atar, realizar ligaduras. Otro importante objeto ritual, el tyet o Nudo de Isis, tiene como jeroglífico una cuerda anudada formando un lazo con una forma tan semejante a la del ankh que a menudo se les confunde. La diferencia estriba en sus lados izquierdo y derecho, que caen imitando la flexibilidad de una cuerda (ver más abajo la figura 1). Es evidente que en algunos casos el simbolismo del ankh y del tyet ha sido reunido de modo intencionado; y de hecho el famoso egiptólogo Wallis Budge les da un origen común. El nudo de Isis simboliza a la diosa, y como el ankh su significado está asociado a la vida, aunque también al concepto de bienestar, de "buena vida". También es conocido como "cinturón de Isis", pues el lazo imita la forma en la que son anudadas las vestiduras divinas, y, quizá las fajas ceremoniales. Ahora bien, el cinturón de las diosas en muchos panteones suele representar sus propios órganos femeninos. El nudo de Isis entonces representaría los órganos reproductores de la diosa, madre universal, metáfora de la substancia a partir de la cual todo se manifiesta, el seno donde se origina la vida misma.

En relación con este simbolismo el nudo de Isis se utiliza como amuleto funerario, representando seguramente el regreso del difunto al seno vivificante de la Madre Universal. Con frecuencia, en muchas de sus representaciones el lazo del nudo contiene una piedra roja, o una cuenta de vidrio de este color, y hasta el propio símbolo aparece frecuentemente pintado de rojo, o era construido con materiales de este color (secoya, cornalina, jaspe rojo, etc.). Y es que no es casual que otro nombre de este objeto sagrado hermano del ankh sea precisamente el de la sangre de Isis. Es inevitable entonces asociar el "cinturón", los órganos reproductores femeninos, a la sangre menstrual, que lejos de ser algo impuro en realidad es temida y venerada por su tremendo poder mágico, llave a la vez de la creación y de la destrucción, de los ciclos de la vida y de la muerte asociados a la diosa madre, útero y tumba. En consecuencia, el nudo de Isis es asimilado también a la sangre menstrual de la diosa Isis. Los egiptólogos Wallis Budge y Wolfhart Westendorf opinan, en base a todo ello, que tanto el ankh como el tyet representan la hebilla o el cinturón de Isis.

Representación de Tanit tyet, shen y cruz copta

Representación de Tanit en Cartago (Túnez). Foto de GIRAUD Patrick, bajo licencia Creative Commons Attribution ShareAlike 2.5. Figuras citadas en el artículo (imagen de Javier Arries)

Una hipótesis relacionada también con los nudos es la que baraja Sir Alan Gardiner, según la cual el ankh podría representar una sandalia con el lazo que se hace al tobillo. Para ello se basa en que la palabra para sandalia en egipcio utiliza las misma consonantes que ankh, aunque probablemente ambas palabras se pronunciaban de forma diferente.

Otras interpretaciones asociadas al poder generador de la diosa emparentan la forma del ankh a la de la figura de la diosa puesta de pie, dejando ver el vuelo de su falda, y con los brazos extendidos. De hecho, esta figura representaba entre los cananeos a la diosa Tanit (que en realidad se pronunciaba como Tinit), consorte de Baal, y por lo tanto la diosa más importante del panteón cananeo, equivalente a la Astarté fenicia. De nuevo vemos aquí la conexión con la diosa Madre, que recibe diferentes nombres en cada tradición.

Quizá pudiera haber alguna relación entre el ankh y el símbolo de Venus, otra diosa primordial, en este caso del panteón romano. El símbolo de Venus, emblema de la diosa y del planeta que lleva su nombre, es un círculo sobre el brazo superior de una cruz de cuatro brazos iguales, y se empleaba corrientemente en Astrología (ver más arriba la figura 2). A este símbolo, que con el devenir del tiempo se ha convertido en símbolo del género femenino, se le denominaba con frecuencia el espejo de Venus. Precisamente en Egipto era habitual fabricar espejos con la form de un ankh, lo que además de añadir valor talismánico a los mismos los convertía en símbolos del ojo sagrado capaz de mirar "al otro lado", al mundo invisible. En Alquimia, el símbolo de Venus se empleaba para representar el cobre, metal asociado a la diosa del Amor; metal que por cierto era empleado para la elaboración de objetos y amuletos en forma de ankh, aunque el metal favorito para hacerlo fuera el oro, en clara correspondencia con el simbolismo solar sugerido por el óvalo. De hecho, apenas se elaboraban ankhs de plata, el metal lunar. La preferencia de metales dorados recalca pues el simbolismo de luz y calor vitales, aliento divino, asociados al símbolo. Hay, de todos modos, ankhs construidos en otros materiales, como madera policromada o piedras de diferentes colores.

Espejo en forma de ankh

Espejo en forma de ankh encontrado en la tumba de Tutankamon. Imagen de dominio público

Resulta interesante volver al complejo simbolismo del espejo, que actúa como una puerta metafórica entre este mundo y los mundos invisibles. El espejo es, en una lectura más superficial, el símbolo que conviene a la diosa del Amor y la Belleza, que contempla en él su propia hermosura. Pero en un nivel más profundo simboliza a la substancia universal que refleja, como un estanque, a la luz divina. De esa "fecundación" de la luz en las tinieblas indiferenciadas de la materia surge la manifestación, el Universo mismo. Este juego entre Esencia y Substancia como principios primordiales para manifestar el Universo es a menudo representado con imágenes asociadas al acto sexual y a la concepción. Y así, una de las interpretaciones clásicas, relacionada con el poder generador de Isis, es la que sostiene que el ankh representa la unión de los dos órganos reproductores, masculino y femenino, representando el óvalo y el travesaño horizontal la matriz y los ovarios, y el palo vertical el falo. O bien, el óvalo como símbolo de Isis, y la cruz tau (T), como símbolo de su consorte el dios Osiris, o, para ser más explícitos del pene y los testículos del dios. Carl G. Liungman afirma en su Dictionary of Symbols (1991) que el jeroglífico del ankh representaba de hecho la unión sexual. Representaría así una metáfora de la Creación, la unión del Cielo y de la Tierra, de la Esencia y la Substancia, de los dos principios complementarios que son el origen de todo lo manifestado. La asociación con la vida y el poder generador nunca dejan, como vemos, de estar presentes.

Símbolo cósmico

Recientemente Andrew H. Gordon y Calvin W. Schwabe, en su obra The Quick and the Dead, sostienen que muchos símbolos egipcios proceden de imágenes físicas procedentes de la anatomía del ganado, pieza clave en la economía del Egipto más antiguo. De este modo, según estos autores, el ankh es la figura de una vértebra torácica de toro vista desde arriba.

Ankh en el papiro de Ani

Representación del ankh sosteniendo el disco solar sobre un djed o columna. A la izquierda, la diosa Isis, frente a ella su hermana Nephtys. Los monos, animales sagrados del dios Thot, saludan al Sol. Papiro de Ani (Libro de los Muertos). Imagen de dominio público.

No faltan tampoco las interpretaciones cosmogónicas, y una de las más conocidas es la que afirma que representa al Sol, figurado en el óvalo, naciendo sobre el horizonte, o su marcha sobre el mismo. Igualmente, y en el mismo orden de significados, podría simbolizar el huevo primigenio emergiendo de las aguas primordiales tal y como sugiere la teología elaborada por los sacerdotes de Tebas: el Cosmos visto metafóricamente como un huevo emergiendo del caos. El círculo es representación del Todo, y el brazo vertical bien parece simular el "axis mundi", el eje del mundo que como un rayo solar permite el descenso de las influencias del mundo celestial hacia los mundos inferiores. Algunos egiptólogos ven el origen del ankh en el jeroglífico shen, el sello en el que se inscribían los nombres, compuesto por un óvalo sobre un travesaño horizontal (como el ankh, pero sin el travesaño vertical, ver arriba, figura 3). El shen representaba la vida eterna y el poder divinos, y a menudo se representaba a los dioses portándolo del mismo modo en que llevan el ankh. Igualmente fue empleado como talismán para asegurar larga vida.

Albert Champdor, en su edición del Libro de los Muertos (Le livre des morts, París, 1963), dice lo siguiente acerca del ankh:

Esta cruz de asa es el símbolo de millones de años de vida futura. Su círculo es la imagen perfecta de lo que no tiene ni comienzo, ni fin: representa el alma que es eterna porque ha salido de la substancia espiritual de los dioses; la cruz figura el estado de trance en el cual se debate el iniciado, o más exactamente representa el estado de muerte, la crucifixión del elegido; en ciertos templos el iniciado era acostado por los sacerdotes sobre una cama en forma de cruz... Quien quiera que posea la llave geométrica de los misterios esotéricos cuyo símbolo es precisamente esta cruz ansada, sabe abrir las puertas del mundo de los muertos y puede penetrar en el sentido oculto de la vida eterna.

El egiptólogo Alan H. Gardiner da una interpretación curiosa del ankh, y poco conocida, según la cual el ankh sería originalmente un plantador, un instrumento para abrir un hueco en la tierra donde echar las semillas:

... representa un plantador. El óvalo es el asidero por donde el hortelano empuña para hundir el vástago vertical en la tierra. La línea horizontal figura una arandela vista de perfil la cual sirve para topar con la superficie de la tierra y hacer que todos los hoyos donde han de ser depositadas las semillas tengan más o menos la misma profundidad.

La silueta de este instrumento convertida en ideograma representa lo siguiente: el principio vegetativo y, por extensión, el principio de la vida humana. Su grafismo, aunque convencional, resuelve de manera extraordinaria la dificultad de representar gráficamente el semen humano, dador de la vida.

Significados según el contexto

Resumiendo, el significado del ankh puede matizarse según el contexto en el que es utilizado:

Ankhs, en el museo británico

Ankhs en el Museo Británico. El del centro combina el ankh con el djed (columna de cuatro pisos), y el uas (cetro con cabeza y cola del dios Set). Foto de radiowood, bajo licencia Creative Commons (algunos derechos reservados)

1. En manos del difunto garantiza el paso a la verdadera vida. Indica que el muerto sabe como traspasar la puerta de la tumba; que posee la vida eterna. Muchos faraones son representados como portadores del ankh. En otras representaciones puede verse al difunto llevando su ankh sobre la barca solar, que le lleva al otro mundo.

2. En manos de los dioses representa su poder vivificador. A menudo se representa a los dioses apuntando con el ankh a la nariz del difunto, simbolizando así el acto de insuflarle vida y aliento. En las ceremonias fúnebres los sacerdotes que representaban a los dioses lo llevaban de esta manera e imitaban el gesto divino de dar vida al cuerpo apuntando hacia su rostro el símbolo de la vida. Así cobra mucho sentido este pasaje del Libro de los Muertos: "Conceded a las ventanas de mi nariz el soplo de Vida para que puedan mis ojos ver claro y distinguir cada unos de los dioses."

3. En la frente, entre los ojos, alude al conocimiento de los misterios y al necesario secreto que imponen. Representa la visión clarividente, el ojo que mira a la vida eterna, a lo invisible, el ojo-espejo que permite mirar "al otro lado".

4. Como objeto talismánico utilizado en la magia pantacular representa la luz de la vida que deshecha las fuerzas del caos. Se emplea entonces como talismán contra toda fuerza obscura para garantizar que el influjo vital divino llega a su portador, garantizándole larga y próspera vida.

El Ankh después del egipto faraónico

Ankh copto

Estela funeraria copta mostrando un ankh con una cara en el centro. Foto de peterjr1961, bajo licencia Creative Commons (algunos derechos reservados)

Cuando el cristianismo llegó a Egipto, los egipcios cristianizados, que más tarde serían llamados cristianos coptos, y que en la actualidad perduran en el país del Nilo como una de las Iglesias cristianas más antiguas, adoptaron de forma natural el ankh como su cruz, y por tanto como representación de la Inmortalidad y la Vida eterna, en continuidad con el simbolismo que ya tenía, profundamente arraigado en la mentalidad del pueblo egipcio. En otras variantes los coptos incluyeron una cruz dentro del óvalo (ver más arriba, figura 4). Las excavaciones de Antinoe sacaron a la luz múltiples ankhs grabados al lado de inscripciones cristianas, mostrando así el uso de la misma en la Iglesia Copta.

En la actualidad, empleada por el neopaganismo, practicantes de wicca, y muchas sociedades ocultistas, algunos de los cuales lo han reinterpretado según sus propios puntos de vista, el ankh como símbolo de vida e inmortalidad sigue siendo un símbolo muy popular y conocido. El simbolismo egipcio y el ankh formaban parte de la estética de Siouxie Sioux, cantante de la banda inglesa Siouxsie and The Banshees que influyó enormemente en el desarrollo del Gohic Rock. La estética de Siouxie Sioux caló pronto entre los seguidores de la escena gótica. El ankh encontró también un lugar destacado entre los amantes del arquetipo del vampiro gracias a la película The Hunger (El Ansia), de Tony Scott, donde David Bowie y Catherine Deneuve encarnan a sofisticados vampiros que se mueven en la noche de Manhattan, punzando a sus víctimas con una pequeña daga en forma de ankh. Catherine Deneuve asume el papel de Miriam Blaylock, una extraña mujer que sobrevive en la Tierra desde el Antiguo Egipto.

En resumen el ankh representa el aliento divino, la fuerza vivificante que, de un modo que recuerda al prana hindú, o al ki extremo oriental, penetra por la nariz y anima al cuerpo físico. Y como tal es símbolo, a su vez, de la inmortalidad, de la Vida eterna, pero también del mismísimo acto generador que alumbra y da vida al Universo como consecuencia de la unión entre las dos fuerzas complementarias y primigenias representadas por Isis y Osiris.

© 2008. Javier Arries
libro

© 2016. Diseño y contenido por Javier Arries

email
anubis

Página web de Javier Arries

Javier Arries