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ENTIERROS DE VAMPIROS EN LA POLONIA MEDIEVAL

Una revisión de controversias pasadas y recientes reevaluaciones

Ofrecemos aquí una traducción de un artículo de Leszek Gardeła que por su interés creo que conviene transliterar en su totalidad. El título del mismo es:

Vampire Burials in Medieval Poland. An Overview of Past Controversies and Recent Reevaluations.

Salió a la luz en el año 2015, y puede consultarse aquí.

En medio del texto hemos hecho alguna notación entre corchetes y cursiva; por ejemplo para señalar algún resumen o traducción míos de los trabajos mencionados en el artículo.

Resumen

Este artículo examina la historia de la investigación sobre los enterramientos desviados medievales descubiertos en el área de Polonia. Los arqueólogos polacos ya reconocieron el problema de las prácticas funerarias inusuales (por ejemplo, decapitaciones, entierros boca abajo o cubrir los cadáveres con piedras) en las primeras décadas del siglo XX, pero durante mucho tiempo estuvo al margen de los principales debates académicos. Se produjeron cambios considerables en la década de 1970 cuando los enterramientos desviados comenzaron a tratarse como un grupo separado, y a interpretarse como una representación de "prácticas antivampiro". Durante los años siguientes, la tendencia a percibir a los muertos enterrados en tumbas desviadas como “vampiros” dominó el discurso académico, con muy pocos intentos de ofrecer explicaciones alternativas. Recientemente, las interpretaciones sensacionalistas de los enterramientos desviados también han calado hondo en los medios de comunicación (inter)nacionales, lo que provoca la desinformación entre el público general a la desinformación sobre el pasado de Polonia y las mentalidades de sus sociedades medievales. El objetivo principal de este artículo es explorar críticamente las inspiraciones y los contextos en los que las interpretaciones “vampíricas” surgieron por primera vez. También se intentará proponer formas alternativas de comprender los fenómenos de entierro desviados en la arqueología medieval polaca.

Introducción

Los enterramientos desviados de diversos entornos culturales continúan atrayendo una mayor atención de historiadores, arqueólogos y folcloristas de todo el mundo (por ejemplo, Murphy 2008; Reynolds 2009; Barber 2010; Gardeła & Kajkowski 2013a; 2013b junto a otras referencias). Dependiendo de la región, el contexto cultural o el período cronológico, adquieren diferentes formas y se definen de diversas formas, pero como Edeltraud Aspöck (2008, 17) ha observado recientemente:

[...] la definición mínima de "enterramientos desviados" que la mayoría de los arqueólogos estarían de acuerdo a es que se trata de entierros distintos al ritual normativo de inhumación de la respectiva época, región y/o cementerio. Estas diferencias pueden ocurrir en la posición o el tratamiento del cuerpo, la ubicación o la construcción de la tumba o los tipos de ajuar funerario.

Debido a la naturaleza bastante sensacional de tales fenómenos, a menudo vinculados con el miedo a los muertos vivientes, los ejemplos arqueológicos de enterramientos desviados también se han presentado con frecuencia en varios medios, como la televisión, la prensa e Internet. En 2013, el descubrimiento de más de una docena de esqueletos decapitados en un cementerio de Gliwice (Silesia, Polonia) recibió una atención pública sin precedentes. Las fotografías, visualmente impactantes, de restos humanos sin cabeza, aparecieron rápidamente en las principales noticias (inter)nacionales de todo el mundo, extendiéndose desde Polonia hasta América del Sur. El término altamente problemático "vampiro" se ha utilizado en numerosos comunicados de prensa para referirse a este sitio notable y, en última instancia, ha llevado al público general a creer que la Polonia medieval y moderna estaba sacudida por el miedo a los cadáveres animados que se levantaban de sus tumbas para perseguir y dañar a los vivos. Aunque algunos especialistas han ofrecido interpretaciones alternativas de los enterramientos desviados de Gliwice, todas han sido eclipsadas por puntos de vista más sensacionalistas. La posibilidad, muy probable, de que en lugar de ser un "cementerio de vampiros" el sitio podría haber servido como un lugar especial para la ejecución y posterior entierro de criminales pareció mucho menos atractiva para los periodistas que comentaron sobre las excavaciones (ver crítica en Gardeła próximamente). Es destacable que, aunque han pasado casi tres años desde su descubrimiento, los materiales de Gliwice aún permanecen inéditos y solo se conocen a través de comunicados de prensa, la mayoría de los cuales giran en torno a la altamente problemática etiqeuta de “vampiro”.

Sin embargo, la interpretación de los enterramientos desviados polacos como pertenecientes a "vampiros" no comenzó con las excavaciones en Gliwice, y su origen se remonta a mediados del siglo XX. Este artículo explorará la complicada y a menudo controvertida historia de la investigación y recepción de los enterramientos desviados de principios y finales de la Edad Media en Polonia, con un enfoque particular en cómo y bajo qué influencias se han desarrollado sus interpretaciones a lo largo del tiempo. Se espera que, al proporcionar una descripción general exhaustiva y crítica de estos temas, las opiniones unilaterales defendidas anteriormente sobre los entierros anómalos en Polonia sean cuestionadas y convenientemente revisadas.

HISTORIA DE LA INVESTIGACIÓN SOBRE enterramientos desviados EN POLONIA

La arqueología funeraria y diferentes aspectos de la muerte y de los difuntos atrajeron el interés de los etnógrafos, anticuarios y primeros arqueólogos polacos ya a fines del siglo XIX (ver más detalles en Miśkiewicz 1969 en las referencias). Sin embargo, como se puede deducir de los materiales de archivo disponibles y de la literatura académica, los primeros descubrimientos arqueológicos registrados a conciencia de los llamados enterramientos desviados en Polonia ocurrieron unas décadas más tarde, a principios del siglo XX. Desafortunadamente, las primeras publicaciones de las décadas de 1930 y 1960 no ofrecen muchos detalles y prácticamente no hubo intentos de ubicar tales fenómenos en un contexto comparativo más amplio. Por lo general, todo lo que tenemos de esos tiempos se limita a descripciones de texto bastante lacónicas sobre la alineación de los cuerpos y los ajuares funerarios que los acompañan. Esta información se complementa en ocasiones con datos antropológicos muy generales sobre el sexo y la edad del difunto. A pesar de las diversas deficiencias, especialmente con respecto a la calidad de la documentación de campo (p. ej., falta de planos o fotografías) y la interpretación de los mismo, estos primeros descubrimientos no pueden pasarse por alto por completo en los estudios en curso de fenómenos funerarios inusuales en la Polonia medieval temprana (siglos X-XIII) . A continuación, mediante la adopción de un enfoque historiográfico, examinaremos más de cerca algunas de las principales publicaciones del siglo XX que mencionaron diferentes tipos de enterramientos desviados y examinaremos cómo se describieron e interpretaron inicialmente.

Cabe señalar que la siguiente discusión se centrará únicamente en las tumbas de inhumación, ya que estos son los únicos tipos de entierros en el área de la Polonia medieval que tienden a mostrar características desviadas (sobre enterramientos desviados en otras áreas eslavas ver, por ejemplo, Hanuliak 1995; 1999 en las referencias). En cuanto a las tumbas de cremación, no hay rastros arqueológicamente identificables que nos permitan hoy distinguir en ellas alguna característica "desviada", y por lo tanto no serán tenidas en cuenta aquí.

Las prácticas de inhumación se introdujeron en Polonia a fines del siglo X (después de la introducción del cristianismo) y pronto borraron por completo los ritos funerarios que antes dominaban y que involucraban la cremación de los muertos (para obtener una descripción general de las tumbas de inhumación, consúlstese Rajewski 1937; Miśkiewicz 1969; Zoll-Adamikowa 1971; Wachowski 1975; sobre cremaciones ver Kostrzewski 1960; ZollAdamikowa 1975; 1979). Las prácticas típicas de inhumación en Polonia consistían en enterrar a los muertos en posición supina con las cabezas hacia el este o el oeste. Algunos difuntos pueden haber sido enterrados con sudarios, otros en cajas/ataúdes o cámaras de madera. En ocasiones, las tumbas se amueblaban con objetos como joyas, armas o diversos utensilios, como por ejemplo, vasijas de barro y madera, piedras de afilar, husos, agujas y otras cosas. Con respecto a sus estructuras externas, la mayoría de las tumbas de inhumación eran planas y se conocen muy pocos casos de montículos de tierra. En algunas regiones, sin embargo, las tumbas de inhumación pueden haber sido marcadas en la superficie con piedras o varias construcciones de madera (por ejemplo, vallas).

Décadas de 1930 a 1960: primeros descubrimientos de enterramientos desviados de la Alta Edad Media en Polonia

Entre las primeras menciones de enterramientos desviados de la Alta Edad Media se encuentra la tumba núm. 2 de Gwiazdowo en la Gran Polonia (Rajewski 1937, 33, 54, 69). La tumba incluía los restos óseos de una mujer joven que fue enterrada en posición prona y alineada S-N con el rostro dirigido hacia el oeste. Curiosamente, la mujer tenía tres adornos para la cabeza hechos de plomo (los conocidos como "temple rings", un típico adorno femenino eslavo), así como un anillo de bronce y un anillo de plata (?). Su tumba también incluía un cuchillo en una vaina de cuero decorada con una lámina de bronce. Aparte de las ilustraciones en blanco y negro de los hallazgos, nunca se ha publicado ningún dibujo o fotografía de esta tumba. Esto es muy desafortunado, ya que la tumba de Gwiazdowo es uno de los pocos entierros de mujeres boca abajo descubiertos en tierras polacas y también el único entierro desviado con muebles tan lujosos (se conocen otros entierros de mujeres boca abajo en Stary Zamek en Silesia y en Świelubie en Pomerania – ver Gardeła 2011a para una discusión detallada). A pesar de que la tumba de Gwiazdowo presentaba características muy peculiares, Rajewski se abstuvo de comentar por qué la mujer había sido enterrada de una manera tan inusual. Este enfoque refleja el espíritu general de la arqueología polaca de principios del siglo XX que, siguiendo las tendencias histórico-culturales, se centró predominantemente en la descripción y clasificación cultural del material descubierto e ignoró casi por completo las consideraciones más profundas de los fenómenos rituales.

Casi dos décadas después, en la década de 1950, comenzó a despuntar un interés mayor en los enterramientos desviados de la Edad Media temprana y se hicieron algunos intentos de su interpretación. De particular importancia para nuestras discusiones son las publicaciones de académicos como Jerzy Gąssowski (1950) y Bonifacy Zielonka (1957; 1958). Vale la pena destacar que Gąssowski (1950) fue el primer arqueólogo polaco en usar la palabra "vampiro" en relación con una tumba medieval temprana.

Radom, tumba 47

Fig. 1. Tumba 47 de Radom: un hombre enterrado de costado y cubierto con grandes piedras. Redibujado según Gąssowski 1950, lámina 76.

La tumba en cuestión fue descubierta en un cementerio medieval temprano en Radom en Mazovia y contenía los restos óseos de un hombre adulto que había sido enterrado sobre su lado izquierdo (casi en posición prona) con el rostro dirigido hacia el suelo (Fig. 1). Tras el entierro, el cuerpo se cubrió adicionalmente con hasta 16 piedras medianas y grandes, cada una con un peso de alrededor de 20 a 30 kg. En su discusión, Gąssowski (1950, 322) especuló sobre las razones que pueden haber llevado a una forma tan inusual de entierro. Sugirió que estos rituales funerarios complejos y laboriosos podrían haber tenido la intención de proteger a los vivos contra un "vampiro". O bien, como escribió Gąssowski (1950, 322), la tumba pudo haber contenido los restos de un convicto. Sin embargo, no amplió más estas interpretaciones.

Varios años más tarde, Bonifacy Zielonka (1957; 1958) analizó una serie de enterramientos desviados de forma más extensa en dos de sus trabajos, sobre todo en un artículo publicado en la revista de arqueología popular Z Otchłani Wieków. En este artículo, Zielonka (1957) describió una variedad de tumbas que había excavado en Bodzanowo y Adolfin en la región de Kuyavia en Polonia Central. Entre las tumbas descubiertas en Adofin estaba la de un hombre cuya cabeza había sido cortada y colocada entre sus piernas. Curiosamente, Zielonka comentaba que, tras la excavación, uno de sus operarios la calificó como la tumba de un strzyga; este término tiene varios significados y puede referirse a un retornado o auna bruja (para obtener más detalles, consulte, por ejemplo, Kolczyński 2003 en las referencias). Cabe destacar que Zielonka fue uno de los primeros arqueólogos polacos que no solo describió los enterramientos desviados con más detalle, sino que también trató de interpretarlos en el contexto de las fuentes etnográficas. En el artículo (Zielonka 1957, 21-22) se refirió a un relato textual interesante y previamente desconocido llamado Casus de strigis en el que se describe un evento que tuvo lugar en 1674 en la Pequeña Polonia (ver también Stanaszek 1998, 24). Según el Casus de strigis, una comunidad local fue amenazada por un hombre que se levantó de su tumba y se convirtió en un retornado que bebía sangre humana. Para derrotar a esta criatura, un sacerdote le dijo a su gente que reabrieran la tumba y pusieran el cuerpo boca abajo. Desafortunadamente, esto no resolvió el problema y el retornado continuó causando problemas. Por lo tanto, la tumba fue reabierta nuevamente y la cabeza del hombre fue cortada. En este contexto, vale la pena observar que relatos textuales similares sobre el trato con retornados malévolos también se registran en las obras de varios folcloristas polacos (p. ej., Moszyński 1967; Pełka 1987; Bylina 1992; 1999). Estos relatos implican que la creencia en los muertos vivientes prevaleció en algunas regiones de Polonia hasta el siglo XIX o incluso el XX. Debe enfatizarse, sin embargo, que aunque Zielonka parece haber estado muy interesado en la noción de enterramientos desviados y enel folclore eslavo, en sus artículos nunca los etiquetó como pertenecientes específicamente a "vampiros".

Złota Pińczowska, tumba 3

Fig. 2. Tumba 3 de Złota Pińczowska: un hombre enterrado de lado con un cuchillo de hierro clavado en la columna. Redibujado según Miśkiewicz 1967, 98.

Desde la década de 1960 en adelante, durante el período en que se intensificaron las excavaciones de sitios medievales tempranos (como resultado del llamado "Proyecto del milenio" que forma parte de las celebraciones del milenio del estado polaco, por ejemplo, Kobyliński 2015, 226), los arqueólogos polacos encontraron más rastros de comportamiento mortuorio que se desviaba considerablemente de la norma en cuanto al tratamiento de los muertos. Estas prácticas consistían en enterrar los cadáveres en decúbito prono, colocarles o tirarles piedras o decapitarlos, pero también se han registrado otras variantes (como cubrirlos con piedras o con barro, perforarlos con estacas u otros objetos cortantes, etc.) . Inicialmente, estos hallazgos desconcertantes eran muy difíciles de interpretar y los primeros estudiosos solo los mencionaron brevemente en sus publicaciones, sin intentar ofrecer ningún comentario detallado sobre sus posibles significados (por ejemplo, Wojtasik 1968, 207). Un ejemplo, que incluye algunos intentos de interpretación preliminar, es la publicación de un cementerio medieval temprano de Złota Pińczowska en el sur de Polonia que contenía varias tumbas con características inusuales. Entre ellos estaba la tumba no. 3 de un hombre adulto que había sido enterrado de costado con las piernas flexionadas y tenía un cuchillo clavado en la columna vertebral (Miśkiewicz 1967, 96, 98, 129) (Fig. 2). Miśkiewicz sugirió que el hombre pudo haber estado atado y que esta práctica podría estar “asociada con la creencia en los aparecidos” (1967, 129; en su trabajo, Miśkiewicz usó la palabra polaca upiory para referirse a los aparecidos). También agregó que la forma de enterramiento puede reflejar el miedo a la "venganza de los muertos" (Miśkiewicz 1967, 138).

Década de 1970: se consolida el término “entierro antivampiro”

En la década de 1970 se produjo un avance interpretativo considerable en la comprensión arqueológica de los primeros enterramientos desviados de la Edad Media con la publicación de la monografía de Helena Zoll-Adamikowa (1971) sobre tumbas de inhumación en la Pequeña Polonia. Su obra introdujo el término atractivo, pero muy problemático, de "entierro antivampiro" como una etiqueta para las prácticas mortuorias inusuales que ocurrieron en los cementerios polacos del área estudiada (Polonia Menor) en el período comprendido entre los siglos XI y XIII. Sin embargo, una lectura atenta del trabajo de Zoll-Adamikowa muestra que fue bastante cuidadosa a la hora de aplicar este término, y según ella no todas las tumbas que mostraban características desviadas podían asociarse a un vampiro potencial. Este enfoque matizado y bastante crítico está bien ejemplificado en su discusión sobre los entierros boca abajo, y en su argumento de que estas personas podían haber muerto durante una plaga y haber sido arrojadas a la fosa durante un entierro rápido y descuidado. Del mismo modo, en opinión de Zoll-Adamikowa, la cremación parcial de los huesos no implica necesariamente que se quisiera quemar a un vampiro potencial, ya que simplemente podría deberse a que el individuo enterrado podía haber perecido tras morir en un incendio. A pesar de las reservas de Zoll-Adamikowa, el término “entierro antivampiro” (empleado como sinónimo, aunque no necesariamente de forma correcta, como sinónimo de lo que en otras partes de Europa se conoce como “entierro atípico”, “inusual” o “desviado”) ha sido aceptado ampliamente en la arqueología funeraria medieval temprana en Polonia y ha permanecido prácticamente indiscutible durante más de dos décadas. Las razones de esto pueden buscarse en la posición destacada que Zoll-Adamikowa tuvo en la arqueología polaca, y también en el hecho de que su monografía, una de las obras de síntesis más extensas sobre las prácticas funerarias de la Alta Edad Media (aunque limitada solo a la Pequeña Polonia), rápidamente se convirtió en una piedra angular para cualquier investigación adicional sobre este tema.

Tumba 43 de Brześć Kujawski

Fig. 3. Tumba 43 de Brześć Kujawski: un hombre con una estaca en (o dentro) de su pecho. Redibujado después de Kaszewscy 1971, 405.

En este contexto, cabe señalar que en 1971 Eleonora y Zdzisław Kaszewscy publicaron su informe sobre el importante cementerio altomedieval de Brześć Kujawski. El sitio data de mediados del siglo XI al XII y está ubicado en Kuyavia, en el centro de Polonia, un área que queda fuera del alcance de los análisis anteriores de Zoll-Adamikowa. El cementerio constaba de 152 tumbas, incluidos varios enteramientos que mostraban características desviadas. De particular interés es la tumba no. 43 en el que se encontró una estaca de madera sobre el pecho del difunto (Kaszewscy 1971, 425) (Fig. 3). La estaca se interpretó como algo que atravesaba el cuerpo e inmovilizaba a quien podía ser un vampiro en potencia. Otra tumba (núm. 164) pertenecía a un individuo con las extremidades atadas y, en opinión de Kaszewscy (1971, 426), un tratamiento tan peculiar del cadáver refleja el temor de la comunidad local de que la persona se levantara de la tumba. Curiosamente, en su discusión sobre otra tumba, que pertenecía a una mujer a la que le habían cortado la mano izquierda, sugirieron que esta lesión pudo haber sido el resultado de algún tipo de castigo (Kaszewscy 1971, 368, 426). Kaszewscy no dio más detalles sobre estos entierros, y es justo decir que la mayoría de sus "interpretaciones" son comentarios que se pueden obviar. Sí es interesante señalar, sin embargo, que reconocieron la existencia de diferentes tipos de entierros inusuales, y que trataron de interpretar cada uno de ellos individualmente, en lugar de etiquetarlos automáticamente como pertenecientes a un grupo de entierros "antivampiro".

A pesar de que desde la década de 1950 los enterramientos desviados comenzaron a reportarse con mayor frecuencia en los primeros sitios medievales de Polonia, prácticamente no había debates que profundizaran en sus posibles significados (con la excepción del trabajo de Zoll-Adamikowa) en las publicaciones arqueológicas polacas. No se trata solo de esconder debajo de la alfombra un tema inquietante, sino también de un reflejo de las tendencias actuales en la investigación arqueológica. Antes de la década de 1990 en Polonia había poco interés en los aspectos del ritual, el culto y la religión en las sociedades pasadas (pero véanse Urbańczyk 1947; Łowmiański 1979; Brückner 1980; Gieysztor 1982), y estos temas permanecieron al margen de los debates principales que se centraron predominantemente en “grandes temas” como la etnicidad, la migración, el asentamiento o las clasificaciones tipológicas y funcionales de los artefactos. Es indudable que para algunos eruditos (especialmente arqueólogos) de esa época, discutir el problema de los aparecidos en la Alta Edad Media simplemente habría sido considerado como acientífico. Esta situación comenzó a mejorar en años posteriores junto con el desarrollo gradual de enfoques procesuales y posprocesuales y el reconocimiento más amplio de la teoría antropológica y la historia de las religiones en los estudios arqueológicos.

Décadas de 1990 a 2000: primeras síntesis de enterramientos desviados de la Alta Edad Media en Polonia

Después de más de sesenta años desde los primeros descubrimientos registrados de enterramientos desviados de la Alta Edad Media en Polonia, y varios intentos iniciales de interpretar sus significados, el primer académico que trató de abarcar el problema en su totalidad fue Łukasz Maurycy Stanaszek (1998; 1999; 2000; 2001). En una serie de artículos Stanaszek tuvo como objetivo presentar prácticas funerarias inusuales a la luz del fenómeno conocido en todo el mundo del “vampirismo”, y en sus obras podemos encontrar un alcance mucho más amplio y una comprensión más detallada del tema que la demostrada por sus predecesores, quiene usaron la etiqueta "vampiro" simplemente como una interpretación desechable. Mientras discutía los diferentes enterramientos desviados de Polonia, en varias ocasiones Stanaszek se refirió a la conocida disertación sobre fantasmas, vampiros y demonios de Dom Augustin Calmet y mostró cierto conocimiento de otros trabajos internacionales sobre la noción de los muertos vivientes y las prácticas funerarias inusuales en diferentes medios culturales. Cabe señalar, sin embargo, que no hizo referencia a ninguno de los estudios clásicos de, por ejemplo, Dudley Wright (2001[1914]), Montague Summers (2005 [1929]; 2001 [1961]) o Jan Louis Perkowski (1976; 1989; 2006) que se consideran pilares importantes en la investigación sobre los vampiros. A pesar de estas deficiencias, las obras de Stanaszek le dieron un impulso considerable a los trabajos de la arqueología de la Alta Edad Media en Polonia y todavía se citan con frecuencia en la actualidad.

Además de una tesis de maestría inédita (Stanaszek 2000), dedicada en su totalidad al problema del "vampirismo" en la Polonia medieval, entre los estudios más detallados de Stanaszek sobre enterramientos desviados se encontraba un artículo sobre las prácticas "antivampiro" observadas en el cementerio del siglo XI. en Sandomierz en la Pequeña Polonia. En este trabajo, Stanaszek (1998) analizó en detalle cada una de las insólitas tumbas y proporcionó una variedad de referencias a fuentes antiguas y medievales tardías que relatan diferentes encuentros con muertos vivientes. Además, como algunos de sus predecesores (por ejemplo, Miśkiewicz 1969), a lo largo del artículo también se basó en ejemplos de la etnografía eslava. Sin embargo, lo más importante es que Stanaszek tomó bajo su escrutinio los análisis antropológicos y paleopatológicos de los materiales esqueléticos del sitio y prestó atención a más detalles además del sexo y de la edad del difunto, como se solía hacer antes. En conjunto, este fue el primer intento integral y multidisciplinario de examinar los primeros enterramientos desviados de la Edad Media en el área de Polonia. Según Stanaszek (1998, 21) entre las tumbas desviadas de Sandomierz había, por ejemplo, dos tumbas (núms. 10 y 26) a las que les faltaban cabezas/cráneos, y se encongtraron objetos afilados en estrecho contacto con los restos óseos (cuchillo entre las costillas en la tumba nº 10 y una punta de flecha clavada en la espalda en la fosa nº 26), una fosa de un “enano” (n° 44) y tres casos de hombres enterrados en decúbito prono (fosas nº 9 y 90). Con respecto a la tumba núm. 9, que contenía tres individuos (dos de los cuales yacían boca abajo), Stanaszek (1998, 23; siguiendo los argumentos anteriores de Zoll-Adamikowa 1971, 53) argumentó que pudo haber albergado a personas que murieron en una plaga, pero también consideró probable que la tumba reflejara el miedo a los retornados.

Aunque pudiera inferirse de los trabajos de Stanaszek que él favoreció la interpretación "vampírica" ​​de los enterramientos desviados por encima de cualquier otra posibilidad (por ejemplo, como pertenecientes a criminales, suicidas o víctimas de plagas), sus obras ciertamente han mostrado la escala y diversidad de estas prácticas en la Polonia altomedieval. Al recopilar y evaluar una gran cantidad de material, proporcionó un buen punto de partida para futuras investigaciones diligentes sobre el tema. En conjunto, las publicaciones de Stanaszek ciertamente juegan un papel importante en los estudios de los enterramientos desviados en esta parte de Europa; pero, no obstante, algunas de las interpretaciones que propone deben tomarse con cautela. Ahora que hemos revisado como se han desarrollado los principales enfoques de los fenómenos funerarios inusuales, en la siguiente sección demostraremos y comentaremos las diferentes variantes de los enterramientos desviados en la arqueología polaca. Comenzaremos resumiendo algunos de los últimos debates acerca de los enterramientos desviados en los primeros cementerios medievales fechados entre los siglos X y XIII. A esto le seguirá una breve presentación de cómo continuaron prácticas similares a finales de la época medieval y principios de la era moderna.

VARIANTES DE ENTERRAMIENTOS DESVIADOS EN LA POLONIA ALTOMEDIEVAL

A pesar de que el estudio principal de Stanaszek sobre los entierros anti-vampiros (en forma de una tesis de maestría escrita en el año 2000) nunca se publicó oficialmente, pronto aparecieron puntos de vista muy similares a los suyos ​​en un artículo de Przemysław Żydok (2004). En este estudio, Żydok proporcionó una lista completa de diferentes tipos de tumbas que los eruditos del pasado consideraban pertenecientes a vampiros potenciales. Las variantes de enterramientos desviados descubiertas con más frecuencia en la Polonia de la Alta Edad Media (es decir, que datan de finales del siglo X al XIII) incluyen entierros boca abajo, entierros decapitados y entierros con piedras sobre el difunto. Entre otros ejemplos de enterramientos desviados, Żydok (2004, 44) también incluyó:

  • Cráneos perforados/perforados (con un instrumento afilado, tal vez un clavo de hierro)
  • Cuchillos, estacas u otros objetos afilados clavados en el cuerpo
  • Piedras, arcilla o monedas en la boca del difunto
  • Entierros flexionados
  • Entierros de individuos con extremidades amputadas o rotas
  • Entierros en áreas marginales
  • Entierros sin ajuar funerario
  • Entierros con una orientación inusual
  • Entierros parcialmente cremados
  • Entierros reabiertos

En los últimos años los entierros boca abajo y los entierros con pedras se han discutido extensamente en varios de mis artículos (Gardeła 2011a; 2011b; 2012a). El problema de la decapitación se ha explorado recientemente en una serie de trabajos de Kamil Kajkowski (2013; 2014) y los entierros atípicos de niños (pertenecientes a diferentes categorías) se han discutido en un estudio separado de Gardeła y Duma (2013).

Si bien las diferentes categorías de enterramientos desviados enumerados anteriormente ciertamente muestran algunas características especiales, se recomienda precaución al interpretarlos todos como pertenecientes a posibles retornados. El hallazgo de objetos punzantes y cortantes clavados en los restos óseos no tiene porque responder necesariamente a intentos de inmovilizar a los muertos en sus tumbas, también podrían ser el resultado de heridas sufridas en combate. Esta interpretación alternativa es especialmente válida para casos de puntas de flecha clavadas en el esqueleto. Las extremidades amputadas o rotas también pueden relacionarse con algunas circunstancias que ocurrieron durante la vida de cierto individuo, como resultado de un desafortunado accidente o tal vez alguna forma de castigo (p. ej., robo) y no son necesariamente un intento de “inmovilizar” a los difuntos en sus tumbas, como se ha sugerido a veces en discusiones sobre prácticas antivampiro. Los entierros en áreas marginales pueden, de hecho, indicar alguna forma de exclusión social, pero también pueden reflejar simplemente el desarrollo gradual del cementerio y como se ha ido llenando su espacio. Naturalmente, cada cementerio tendrá tumbas en sus lindes, pero no es necesario que transmitan ningún significado especial. La falta de ajuar funerario, aunque a veces se considera anormal, no es inusual en la Polonia medieval temprana. Numerosas tumbas altomedievales de esta zona no contienen ningún ajuar funerario y son tantos que considerarlos como pertenecientes a aparecidos es un grave error metodológico. De hecho, la orientación inusual de las tumbas puede implicar un estatus especial del difunto, o tal vez que provengan de un origen social, religioso o étnico diferente. Alternativamente, alinear a los muertos de una manera inusual (es decir, a lo largo del eje N-S, allí donde la mayoría de los entierros están alineados W-E) puede en algunos casos ser el resultado de la imposibilidad de poder excavar la tumba en un sitio en particular. Esto puede ser así, por ejemplo, cuano ya hay grupos de otras tumbas en el mismo lugar, árboles, raíces, piedras y otras características naturales que obstruyen el trabajo. La cremación parcial de los cuerpos tal vez pueda sugerir alguna forma de prácticas apotropaicas o el deseo de “enviar” a los muertos al otro mundo más rápidamente, pero los rastros de quema en los restos óseos también pueden ser el resultado de haber fallecido en un incendio o de otros actos realizados en el cementerio no necesariamente de carácter ritual. Por tanto, como en otros casos comentados anteriormente, se recomienda cautela en su interpretación. Los enterramientos reabiertos en la Polonia medieval temprana han recibido una mayor atención académica recientemente y está claro que son un fenómeno funerario muy complejo (Gardeła et al. 2014). Los significados detrás de los enterramientos reabiertos pueden relacionarse con el miedo a los aparecidos, y esto está atestiguado en varios relatos etnográficos medievales y posteriores (por ejemplo, Wright (2001[1914]); Summers (2005[1929]; 2001[1961]), pero hay otras posibilidades a la hora de interpretarlos, por ejemplo, agregar otras personas a la misma tumba (por ejemplo, miembros de la familia), hacer espacio para enterramientos posteriores en el mismo sitio, (re)utilizar partes de los cuerpos/esqueletos de las personas fallecidas en actos de magia o de culto y de otros tipos.

Como se puede ver en la discusión anterior, las diferentes variantes de los enterramientos desviados pueden interpretarse de varias maneras, especialmente si comenzamos a mirarlos desde una perspectiva más amplia y con el empleo de evidencias comparativas. Los enterramientos desviados de la Alta Edad Media de Polonia se pueden dividir claramente en una variedad de grupos, como ya se ha hecho antes, pero eso no significa que todos tengan el mismo significado y que solo representen el miedo a los retornados. Las prácticas revisadas aquí no cesaron en el siglo XIII y continuaron en siglos posteriores. Con el fin de brindar un alcance más amplio a los debates actuales, también dedicaremos un espacio a discutir su naturaleza, contexto y posibles significados.

COMENTARIOS SOBRE ENTERRAMIENTOS DESVIADO EN LA POLONIA DE LA BAJA EDAD MEDIA

Desafortunadamente, los entierros medievales tardíos del área de Polonia, que datan del siglo XIV en adelante, no han recibido tanta atención como los de la Alta Edad Media. La gran mayoría de las tumbas de la Baja Edad Media se encuentran en los cementerios de las iglesias, y muy esporádicamente contienen algún ajuar funerario (por ejemplo, Pytlak 2009). Además, en tales sitios, muy pocos de ellos muestran características desviadas. Sin embargo, como han demostrado los estudios de Paweł Duma (2010) y Daniel Wojtucki (2009; 2014), la Baja Edad Media fue un período en el que los lugares especiales y oficiales de ejecución pública comenzaron a surgir a mayor escala (un caso que generalmente se considera no atestiguado para la Alta Edad Media en Polonia, es decir, antes del siglo XIII). Esto estuvo asociado con el desarrollo de los pueblos y la sofisticación gradual de la cultura jurídica. Las personas que cometieron delitos graves eran castigadas en lugares de ejecución especialmente designados (por ejemplo, la horca), a menudo ubicados en áreas bien expuestas, claramente visibles en el paisaje (por ejemplo, en las cimas de las colinas o cerca de las carreteras principales). Al entrar en la ciudad medieval, la vista de tales lugares de ejecución habría servido como un siniestro recordatorio y una medida preventiva contra la comisión de actos ilegales. Es en estos sitios de ejecución donde a menudo encontramos rastros de comportamiento funerario desviado, como decapitaciones, enterramientos boca abajo o bajo piedras. Los restos humanos descubiertos en esos lugares a menudo están incompletos, lo que puede resultar de la actividad animal, el robo de partes del cuerpo (por ejemplo, para usarlas en prácticas mágicas) u otros procesos posteriores a la muerte. En muchos casos, los enterramientos desviados en los lugares de ejecución tienen poco que ver con el miedo a los retornados y simplemente reflejan el modo que se empleó para matar al convicto, y la falta de cuidado empleada a la hora de enterralo. Sin embargo, también debemos recordar que en la imaginación medieval los lugares de ejecución se consideraban lugares muy numinosos donde uno podía encontrarse con lo sobrenatural (Wojtucki 2009; Duma 2010 en las referencias).

En este contexto, también debe señalarse que durante la última década, más o menos, una nueva subdisciplina, que puede etiquetarse como “arqueología legal”, ha comenzado a desarrollarse en Polonia. Una sociedad de investigación especial llamada “Stowarzyszenie Ochrony i Badań Zabytków Prawa” (Sociedad para la Protección e Investigación de Monumentos Legales) organiza varias excavaciones en los sitios de ejecución y publica su propia revista titulada Pomniki Dawnego Prawa (Monumentos de la Ley Pasada) que discute varios aspectos de la ley medieval. y prácticas judiciales modernas tempranas (por ejemplo, métodos e instrumentos de castigo), creencias folclóricas asociadas con criminales y lugares relacionados con la cultura legal ampliamente entendida. Toda esta actividad también están teniendo un impacto considerable en la percepción académica de las prácticas funerarias de la Alta Edad Media y, especialmente, de los entierros que anteriormente se consideraba que representaban el miedo a los "vampiros". Hoy, un número creciente de estudiosos buscan interpretar algunos de estos entierros como resultado del ejercicio de la ley. Al mismo tiempo, sin embargo, ciertos actos (como cubrir los cuerpos con grandes piedras, enterrar los cadáveres boca abajo o colocar la cabeza entre las piernas) podrían aludir a creencias más arcaicas sobre los muertos vivientes. Dados los diversos problemas metodológicos y de interpretación y para evitar simplificaciones, es evidente que cada caso de entierro anómalo (temprano o bajomedieval) debe abordarse individualmente y analizarse desde tantos ángulos como sea posible. Todas estas nuevas perspectivas se van introduciendo paulatinamente en los últimos estudios que repasaremos brevemente a continuación.

Últimos avances en los estudios de enterramientos desviados en Polonia

En la primera década del siglo XXI, el problema de los enterramientos desviados fue discutido en varias ocasiones por varios arqueólogos polacos (por ejemplo, Wrzesiński 2000; Żydok 2004; Porzeziński 2008; Wyrwa 2008), algunos de los cuales gradualmente comenzaron a cuestionar la propuesta anterior que los interpretaba como de vampiros. Cabe señalar que el problema de las prácticas funerarias inusuales también fue objeto de varios simposios internacionales organizados en Polonia durante los últimos 15 años. La primera conferencia completamente dedicada a los enterramientos desviados fue organizada por Jacek Wrzesiński (2000) como parte de los talleres arqueológicos y antropológicos Funeralia Lednickie que tienen lugar anualmente en Lednica. Los enterramientos desviados también han sido el tema de un volumen especial de la revista Acta Archaeologica Lodziensia (Skóra & Kurasiński 2010) titulado “Wymiary inności. Nietypowe zjawiska w obrzędowości pogrzebowej od pradziejów po czasy nowożytne” (Facetas de la otredad. Prácticas funerarias inusuales desde la prehistoria hasta la época moderna). Temas similares también se discuten regularmente en las Reuniones Interdisciplinarias Internacionales: Motifs through the Ages held at the West-Cassubian Museum in Bytów, Poland (Gardeła & Kajkowski 2013b; Gardeła et al. 2014).

Inspirados por estos enfoques revisionistas, los académicos de hoy que examinan la noción de enterramientos desviados ciertamente los abordan de una manera más crítica y abierta, y sus últimos estudios aplican un amplio espectro de métodos y teorías interdisciplinarios. Como se señaló anteriormente, particularmente valiosas en tales esfuerzos son las excavaciones en curso en los sitios de ejecución de finales de la Edad Media y principios de la Edad Moderna, así como los estudios sobre los registros legales guardados en los archivos polacos. Como resultado, los enterramientos inusuales ahora comienzan a interpretarse no solo a la luz de prácticas apotropaicas asociadas con el miedo a los retornados, sino también desde una perspectiva judicial, por ejemplo, como pertenecientes a criminales, suicidas u otros desviados sociales. También se ha prestado mayor atención a la exploración de los significados de los gestos y las posiciones en las que descansan los difuntos (por ejemplo, Koperkiewicz 2010 [hemos hecho un resumen del artículo de Koperkiewicz aquí]). Se ha sugerido, por ejemplo, que algunas de las tumbas que anteriormente se consideraban pertenecientes a retornados o vampiros pueden haber sido en realidad entierros de personas que querían expresar un deseo de expiación post-mortem a través de una forma inusual de entierro. Echemos un vistazo más de cerca a algunos de los principales cambios que han comenzado a ocurrir en los estudios polacos sobre los enterramientos desviados en los últimos años.

Enterramientos desviados desde una perspectiva judicial

Entre las piedras angulares de los estudios actualmente en curso sobre los enterramientos desviados, así como los lugares de ejecución medievales y modernos tempranos en Polonia, se encuentra el trabajo de Daniel Wojtucki (2009) titulado “Publiczne miejsca straceń na Dolnym Śląsku od XV do połowy XIX wieku” (Lugares de ejecución públicos en Polonia en la Baja Silesia desde el siglo XV hasta mediados del siglo XIX). Aunque el alcance cronológico del libro se refiere a finales de la Edad Media y principios de la Edad Moderna en Polonia, el material presentado por Wojtucki tiene implicaciones importantes para el análisis de enterramientos desviados de otros medios culturales. Basado en materiales de archivo y relatos folclóricos, pero también en excavaciones recientes en lugares de ejecución, Wojtucki (2009, 211–213) ha demostrado de manera convincente que la forma inusual de enterrar a los muertos no solo obedece al miedo a los aparecidos, también, simplemente, a prácticas funerarias descuidadas, así como a diversos actos destinados a humillar y condenar a los condenados. Abrazar el contexto judicial más amplio de tales prácticas funerarias y la veracidad de sus posibles interpretaciones también puede ser muy revelador para los estudios de períodos históricos anteriores. Por ejemplo, estas ideas inspiradoras se emplearon recientemente en un artículo publicado por Gardeła y Kajkowski (2013a). Su estudio ha demostrado que, a pesar de la escasez de fuentes textuales sobre el tratamiento de los delincuentes en la Polonia alltomedieval (p. ej., Maisel 1982; Gołdyn 2006), todavía se puede inferir mucha información al reevaluar la evidencia arqueológica y mediante la aplicación de métodos comparativos y retrospectivos de investigación e indagación académica.

Paweł Duma (2010) publicó otro trabajo importante que se ocupa específicamente de los enterramientos desviados de finales de la Edad Media y los primeros tiempos modernos y se tituló “Grób alienata. Pochówki dzieci nieochrzczonych, samobójców i skazańców w późnym średniowieczu i dobie wczesnonowożytnej” (Tumba de alienados. Entierros de niños no bautizados, suicidas y convictos a finales de la Edad Media y principios de la Edad Moderna). Los métodos empleados en la monografía de Duma, que involucran una hábil combinación de material textual y arqueológico, nos permiten arrojar nueva luz sobre problemas previamente ignorados o poco estudiados en la arqueología funeraria polaca. Duma critica los estudios anteriores sobre los llamados entierros anti-vampiros y argumenta con razón que pueden haber sido el resultado de varias circunstancias, no necesariamente del miedo a los muertos. Una innovación importante en el trabajo de Duma es el reconocimiento e interpretación más amplios de los entierros inusuales de niños, por ejemplo, en vasijas de cerámica, un tema que anteriormente ha recibido poco interés en esta parte de Europa. La noción de entierros infantiles atípicos en la Polonia medieval temprana y tardía se ha explorado más a fondo en un artículo reciente de Gardeła y Duma (2013).

Contextualización y visualización de enterramientos desviados

Mi interés en la arqueología funeraria de la Alta Edad Media me ha llevado recientemente a realizar análisis detallados de categorías seleccionadas de enterramientos desviados de la Polonia de la Alta Edad Media. En particular, he llevado a cabo análisis de los entierros boca abajo (Gardeła 2011a; 2012a) y de los entierros con piedras grandes colocadas directamente sobre los cadáveres (Gardeła 2011b; 2012b). En estos estudios defendí la multivalencia de tales prácticas y me abstuve de percibirlas solo como métodos para evitar que los muertos resuciten. En mis análisis, también he hecho un uso extensivo de materiales comparativos, especialmente de la era vikinga en Escandinavia (por ejemplo, Gardeła 2012b; 2013a; 2013b) y en la Inglaterra anglosajona (Reynolds 2009).

Tumba 146. Cedynia.

Fig. 4. Reconstrucción artística de la tumba 146 del cementerio de Cedynia. Ilustración de Miroslaw Kuźma. Encargado por Leszek Gardeła. © Leszek Gardeła y Mirosław Kuźma.

Vale la pena señalar que en los últimos años en algunos de mis trabajos también he explorado nuevos métodos para presentar enterramientos antiguos haciendo uso de artes visuales (por ejemplo, Gardeła & Kuźma 2012; Gardeła & Kajkowski 2015). En colaboración con el artista polaco Mirosław Kuźma, he encargado una gama de reconstrucciones a todo color de tumbas medievales tempranas que muestran características desviadas. Entre las reconstrucciones de enterramientos polacos se encuentra, por ejemplo, la tumba núm. 146 que se descubrió en un cementerio medieval temprano en Cedynia en Pomerania Occidental (Malinowska Łazarczyk 1982, 38; Porzeziński 2008, 28) (Fig. 4). Según el informe del cementerio, al difunto enterrado en esta tumba se le colocó la cabeza entre los pies, y sobre el cuello del hombre (donde normalmente estaría la cabeza) se colocaron tres piedras de tamaño mediano. La interpretación de esta tumba es difícil y son posibles varias variantes. Se puede considerar que pertenece a un criminal o quizás a un individuo a quien la comunidad local consideró como un retornado en potencia. También vale la pena señalar que esta no es la única tumba de este sitio donde la cabeza fue sustituida por piedras (Fig. 5), lo que puede apuntar a alguna práctica local. ¿Quizás las cabezas fueron removidas y unidas a algunas estructuras externas (¿postes?) que se encontraban en la superficie del cementerio, sirviendo como una forma de advertencia contra la comisión de delitos para cualquiera que pasara? El cementerio de Cedynia estaba ubicado en una de las colinas más altas de la zona, lo que haría que las cabezas decapitadas fueran perfectamente visibles desde lejos. Desafortunadamente, la documentación original de las excavaciones realizadas en este sitio, incluida la tumba discutida, está lejos de ser perfecta y las fotografías disponibles, así como las descripciones de tumbas particulares, no permiten interpretaciones muy sofisticadas; muchas de ellas son incompletas, imprecisas o incluso inexactas, lo que dificulta significativamente los futuros debates.

Tumbas de Cedynia.

Fig. 5. Selección de tumbas de Cedynia con piedras colocadas directamente sobre el difunto o donde las piedras sustituyen a la cabeza. Reproducido después de Porzeziński 2008, 24, 27–28, 30–32, 35.

Análisis patológicos de enterramientos desviados

Además de lo anterior, también vale la pena señalar que algunos enterramientos desviados de Polonia han sido objeto recientemente de análisis patológicos detallados. Varios académicos han observado que en las sociedades medievales varias características mentales o físicas pueden haber sido factores importantes que llevaron a percibir a ciertos individuos como potencialmente peligrosos en la vida y/o después de la muerte (ver artículos en Murphy 2008). Con respecto a Polonia, entre tales características, Łukasz Maurycy Stanaszek (1999; 2007) enumeró, por ejemplo, varios impedimentos mentales, cifosis (joroba), gigantismo, enanismo, tener dos filas de dientes, palmas de las manos peludas o cejas juntas.

En su reciente estudio, Magdalena Domicela Matczak (2014) especula sobre si diversas enfermedades que padecieron los habitantes de la Alta Edad Media pudieron haber llevado a su especial tratamiento post-mortem. Su análisis se basó en los sitios 1 y 4 de Kałdus (Pomerania, Polonia) donde el tratamiento típico de los muertos implicaba la inhumación en posición supina a lo largo del eje W-E. De entre 790 tumbas, Matczak (2014, 439–440) distinguió 15 tumbas que, siguiendo clasificaciones anteriores, han sido etiquetadas como tumbas antivampiro. Están datados entre el cuarto cuarto del siglo X y la primera mitad del siglo XIII. Matczak (2014, 441) concluye que, aunque las denominadas tumbas antivampiro de Kałdus contenían individuos con diversos cambios patológicos (es decir, huesos rotos o decapitaciones, cáncer y tumores), estas patologías no eran tan graves como las que presentaban algunos individuos que habían sido enterrados según la norma (por ejemplo, con lepra, trepanación, amputación). El estudio también ha demostrado que dentro de la disposición espacial del cementerio es imposible distinguir concentraciones claras de tumbas anti-vampiros o de tumbas normativas que contengan individuos con diversas patologías. Cabe destacar, sin embargo, que una de las denominadas tumbas antivampiro (tumba 256/01) estaba ubicada en la zona marginal del cementerio (Matczak 2014, 442–444). Esta tumba incluía a dos individuos, un hombre y una mujer, ambos decapitados (pre o post-mortem). En conclusión, del estudio de Matczak se desprende claramente que el tratamiento no normativo de los muertos no resultó de las diferentes patologías que habían padecido estos individuos. Por supuesto, no podemos excluir la posibilidad de que tuvieran otras características especiales o deficiencias mentales, pero en la actualidad no se pueden deducir de los materiales osteológicos disponibles (Matczak 2014, 450).

A pesar de los considerables avances en la comprensión de los enterramientos desviados entre algunos arqueólogos e historiadores polacos, sigue siendo difícil superar el estereotipo profundamente arraigado de que tales enterramientos pertenecen a "vampiros" (esto también se aplica a las discusiones sobre temas similares con los periodistas). Como veremos a continuación, no solo se puede cuestionar la interpretación de los enterramientos desviados como reflejo del miedo a los retornados, sino que también la misma etiqueta de entierro "antivampiro" parece ser muy problemática.

Enfrentándose a los "vampiros" a principios de la Edad Media en Polonia

Como hemos visto en las secciones anteriores de este artículo, los enterramientos desviados en la Polonia altomedieval y bajomedieval se han etiquetado a menudo como asociados a vampiros. Aunque diferentes eruditos han empleado el término "vampiro" con entusiasmo, un examen más amplio de la etimología sugiere que no necesariamente puede ser una etiqueta apropiada para los retornados en el período medieval temprano (sobre el significado de la palabra "vampiro" ver, para ejemplo, Wilson 1985; Dundes 1998).

Según Kolczyński (2003, 222), la etimología de la palabra polaca upiór (o upir, upier, upierzyca) y wampir (wąpir, wąpierz, wypiór, łupirz) sigue sin estar clara. Variantes similares ocurren en bielorruso (upar, vupar), ucraniano (upir, upyr, opyr, vopyr) y ruso (upir, upyr). Algunos estudiosos, como Brückner (1980, 280–284), han sugerido que la etimología de la palabra upiór es eslava (con origen en algún lugar de los Balcanes) y que su variante inicial era wąpir, que en tiempos posteriores se transformó en upir entre los serbios, rusos y checos (Kolczyński 2003, 222). En opinión de Brückner, el sufijo -pir o -pyr podría estar relacionado con el acto de "volar". Una interpretación alternativa considera que la palabra *opir está asociada con la palabra piriti, que entre los serbocroatas se supone que se refiere a soplar o hincharse (Moszyński 1967, 616–617). En el contexto de nuestras discusiones, debe señalarse explícitamente que hasta el siglo XVIII la palabra upiór era desconocida en Polonia, y los aparecidos se conocían con los nombres de strzyga o wieszczyca (Simonides 1984, 71; 1989, 272; Kolczyński 2003, 223) . Sin embargo, la palabra wampir y sus variantes aparecen en topónimos como Wąpierz, Wyąpyrz y Wampior, que datan de finales de la Edad Media (Kolczyński 2003, 223). Curiosamente, Kolczyński también argumentó que en algunos trabajos académicos se cree que la palabra wampir proviene del turco uber, que significa hechicero. La palabra wampir fue adoptada en una variedad de idiomas de Europa occidental y del norte en los siglos XVII y XVIII y se mantuvo en uso hasta la actualidad en formas como vampir, vampyr, vampire, vampiro, etc.

En general, según las fuentes etnográficas disponibles los muertos vivientes en las creencias eslavas podrían haber tenido una plétora de formas y nombres (por ejemplo, latawiec, utopiec, topielec, wodnik; ver Kolczyński 2003, 226–227). La apariencia física de tales seres también difería considerablemente y es posible que se hayan convertido en retornados como resultado de diversas circunstancias. Por lo tanto, etiquetar los enterramientos desviados polacos, especialmente del período medieval temprano, como pertenecientes específicamente a "vampiros" no solo es un error terminológico, sino también fáctico. En el estado actual de la investigación, simplemente no sabemos bajo qué nombre (si es que hubo alguno) funcionaban los retornados en el lenguaje y la imaginación de los primeros eslavos medievales. Sin embargo, lo que podemos argumentar es que algunos (pero no todos) de estos enterramientos desviados expresaron el temor popular de que los muertos se levantarían de las tumbas para causar algún tipo de daño físico o mental a la sociedad viva.

CONCLUSIONES Y PERSPECTIVAS FUTURAS DE INVESTIGACIÓN

Este artículo sirve como una descripción general de los estudios pasados ​​y presentes de los enterramientos desviados en la Polonia medieval. Como he mostrado, este tema ha estado presente en la arqueología polaca desde principios del siglo XX, pero durante mucho tiempo los enterramientos desviados se han interpretado de una manera muy simplista y se han visto predominantemente en el contexto del “vampirismo”. Solo recientemente, con la aplicación de nuevos métodos de investigación académica y una mayor voluntad de colaborar con representantes de otras disciplinas (por ejemplo, historia, antropología cultural y física, estudios religiosos y folclorismo), comenzamos a aceptar la multiplicidad de significados que pueden tener prácticas funerarias similares. Como se ha demostrado, son particularmente valiosos los estudios comparativos en el campo de la arqueología legal y, especialmente, las excavaciones en curso en los lugares de ejecución medievales o modernos, junto con exámenes detallados de registros de archivo legales y del folclore. Estas fuentes previamente ignoradas tienen un gran y emocionante potencial para matizar nuestra comprensión del mundo medieval y las mentalidades de sus habitantes, tanto en Polonia como más allá de sus fronteras.

Hasta el momento no se ha publicado ningún estudio completo sobre los enterramientos desviados altomedievales y bajomedievales, pero actualmente estoy trabajando en un importante proyecto de investigación que buscará llenar este vacío. El proyecto reexaminará y contextualizará todas las categorías de entierros previamente considerados como "desviados" (o antivampiro) del territorio de Polonia que datan de finales del siglo X y XIII. Se basará en informes de cementerios ya publicados, materiales de archivo (fotografías, dibujos, informes de excavación y diarios) y consultas con los excavadores de sitios importantes donde se han encontrado tales tumbas recientemente. Además, el proyecto también incorporará los resultados de nuevos análisis osteológicos e incluirá una gama de reconstrucciones artísticas, encargadas de forma específica, de una serie de tumbas seleccionadas. Simultáneamente, también se están preparando un video documental y un progrma de radio sobre el tema de los enterramientos desviados en Polonia. Los resultados completos de este proyecto se publicarán en una monografía en inglés en 2017.

AGRADECIMIENTOS

La investigación que se presenta en este artículo se realizó en el marco de un proyecto financiado entre 2014 y 2017 por Narodowe Centrum Nauki (Centro Nacional de Ciencias) titulado Bad Death in the Early Middle Ages. Atypical Burials from Poland in a Comparative Perspective” [“La mala muerte en la Alta Edad Media. Entierros atípicos de Polonia en una perspectiva comparada”] (DEC-2013/09/D/HS3/04452). La Fundación para la Ciencia Polaca (Fundacja na Rzecz Nauki Polskiej) proporcionó apoyo adicional.

Me gustaría expresar mi más sincero agradecimiento a varias instituciones y personas que me ayudaron a adquirir documentación de archivo de una variedad de cementerios altomedievales en Polonia y que discutieron acerca de este material conmigo durante un viaje de investigación realizado en febrero de 2015: Magdalena Felis (Muzeum Archeologiczne w Poznaniu), Magdalena Jakołcewicz (Muzeum Regionalne w Cedyni), Dr. Andrzej Janowski (Instytut Archeologii i Etnologii PAN, Szczecin), Dr. Tomasz Kurasiński (Instytut Archeologii i Etnologii PAN, Łódź), Dr. Jerzy Sikora (Instytut Archeologii, Uniwersytet Łódzki), Dr. Łukasz Maurycy Stanaszek (Państwowe Muzeum Archeologiczne, Warszawa) y Robert Zelmachowicz. También agradezco a Mira Fricke sus valiosos comentarios que me ayudaron a mejorar este artículo.

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© 2022. Del texto y traducciones, Javier Arries

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Ouroboros

«A veces, se alzan puertas. Atravesarlas o pasar de largo; esa es la elección del viajero, la causa de su grandeza y de su eterno peregrinar. Viajero llama a la puerta si quieres pasar...»