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Cantar de Hildebrand

Poema del ciclo de Dietrich von Bern

El Cantar de Hildebrando, en alemán Das Hildebrandslied, forma parte del ciclo de Dietrich von Bern. Se trata de un poema de 68 líneas escrito en alto alemán antiguo, con muchas influencias anglosajonas o del inglés antiguo, escrito en la década del 830 en la abadía de Fulda. La abadía estaba ocupada mayoritariamente por monjes anglosajones, de modo que resulta lógico que en el escrito se noten influencias de su propia lengua. El poema procede de una tradición oral muy anterior al siglo VIII. Es el primer escrito del que se tiene constancia en esta lengua. Fue escrito en dos hojas que estaban en blanco en un manuscrito de la Abadía de Fulda, en Alemania, el Codex Casselanus, que está en la colección de manuscritos de la Biblioteca Estatal en la Universidad de Kassel. Su título se lo pusieron los hermanos Grimm. Los versículos 1 a 29 fueron escritos por un monje. Y otro monje diferente escribió los versículos 30 a 41. Ambos parecen haber copiado un texto manuscrito anterior. El origen de la canción probablemente hay que buscarlo entre los lombardos, al norte de Italia, y luego se habría transmitido a Baviera, hacia el norte, entre los años 770 y 780. Por los nombres de algunos personajes históricos, como Odoacro, sabemos que la acción transcurre en el siglo V. Hildebrand, por otra parte, podría referirse, según algunos investigadores, al jefe militar ostrogodo Gensimundo.

Cantar de Hildebrando

Primera página del manuscrito

Cantar de Hildebrando

Segunda página del manuscrito

La trama

Hildebrand (Hiltibrant) sigue a su amigo y discípulo Dietrich von Bern al exilio, dejando a su esposa y a un hijo, Hadubrand. Después de 30 años regresa a sus dominios con su hueste. Pero en la frontera, se encara con él un joven al frente de un ejército. Hildebrand le pregunta quien es su padre y su linaje. Y el joven responde que es Hadubrand, hijo de Hildebrand, que se fue con Dietrich, el cual tuvo que exilarse a la corte del jefe de los hunos (probablemente Atila), hacia el este, para evitar la ira de Odoacro (Otacher). Su madre, según cree, le dice, ha muerto. Hildebrand reconoce así a su hijo, y le dice que nunca peleará con un familiar tan cercano, una forma indirecta de decirle que él es su padre; y le ofrece, como tal, y con todo su afecto, un brazalete de oro que lleva en su brazo, y que le diera el rey de los hunos. Pero Hadubrand lo rechaza y le responde que es un viejo astuto, y añade que su padre, según le habían dicho los ancianos, había muerto. Es más, le dice, está pisoteando el honor de su padre al presentarse de esa manera y tratar de hacerse pasar por él para cogerle desprevenido. Indirectamente le está llamando cobarde.

Con todo el dolor de su corazón Hildebrand, se ve forzado a aceptar el reto y luchar a muerte con él, para no menoscavar su honor. Hildebrand sabe que él es un veterano experimentado en batalla, mientras que su hijo es joven y sin experiencia; y tiene un mal presentimiento («un mal destino sigue su curso»), y se somete a su destino. Se disponen para el duelo, y el texto se interrumpe ahí, en medio de la pelea, tras arrojarse lanzas y con los escudos de ambos destrozados. Probablemente el texto acaba aquí simplemente porque ya no había más espacio en el folio. Pero todo apunta a que Hadubrand muere a manos de Hildebrand.

Textos que mencionan el argumento del poema

La historia llegó hasta Escandinavia, donde en el siglo XIII se escribe la Thidreksaga (Þiðrekssaga en nórdico antiguo), o Saga de Teodorico; también llamada Niflungasaga y Vilkina saga. En la saga se menciona como Hildibrand derrota a su hijo Alibrand, que le ofrece su espada como señal de rendición. Pero en el momento en que Hildibrand va a agarrar la espada, Aldibrand intenta dar un golpe fallido contra el anciano. Hildibrand se burla de él diciéndole que le ha enseñado a pelear una mujer. Por fin, reconoce a su hijo, y se reconcilian. Este final feliz sólo se debe al cambio de gustos, ahora más sentimentales, del público de edades posteriores. La versión original, más afín al carácter heróico de los relatos de gesta de los primeros pueblos germanos pervivió hasta el siglo XIII en Alemania; una prueba de ello es que el minnesänger (músico de la corte) Der Marner hace referencia a un poema sobre la muerte del joven Alebrand.

Canción de Hildebrand

Página de un manuscrito de La Canción de Hildebrand, el Mscr.Dresd.M.201.

La versión de la Saga de Teordorico, es la misma que la de la balada anónima Jüngeres Hildebrandslied (La canción joven de Hildebrand), también llamada Das Lied von dem alten Hildebrand (La canción del viejo Hildebrand), escrita en nuevo alto alemán, que aparece por escrito en el siglo XV, y que es una reelaboración, mucho más sentimental, de la tradición oral. El hijo de Hildebrand se llama aquí Alebrand, en lugar del Hadubrand propio del alto alemán antiguo. El texto y la melodía de la balada fueron muy populares, y se hicieron diferentes impresiones hasta el siglo XVII, siendo traducido al holandés, al danés, y al yiddish. Junto con la Canción de Sigfrido se consideran las piezas que mejor han perdurado de la épica heróica alemana. Un fragmento del poema data de 1459 y se conocen además cinco manuscritos

Y esta es la trama: Hildebrand quiere viajar a Berna para ver a Ute, su esposa; pero un caballero le advierte que allí tendrá que luchar con Alebrand. Hildebrand cree que no tendrá problema en derrotarle, pero Dietrich le pide que no vaya porque tiene en gran estima a Alebrand. Hildebrand no hace caso y va hasta allí. Cuando está cruzando sobre su montura por el jardín de rosas de Verona se le enfrenta un joven guerrero que le llama viejo despectivamente, y le pregunta que hace en tierra de su padre. Le aconseja que se marche de allí. Pero Hildebrand se ríe y le contesta que lleva toda su vida combatiendo y luchando para regresar a su casa, por eso su barba es blanca. Alebrand afirma que le arrancará la barba a no ser que le entregue sus armas. Entonces le dejará vivir. Hildebrand le advierte de que se defenderá y desenvainan.

Alebrand logra golpear a Hildebrand, que retrocede y le espeta a Alebrand que sólo una mujer puede haberle enseñado a combatir de esa manera, cosa que Alebrand niega. Hildebrand acaba arrojando a Alebrand al suelo y le exige que le diga su nombre. Le dice además que si no pertenece a la familia Wolfing (su familia), le dará muerte. Alebrand dice que no conoce esa familia, pero que su madre se llama Ute, y su padre, Hildebrand. Y Hildebrand le conesta que si ese es el nombre de su madre, él es su padre, y le besa. Alebrand le dice que se apena de haberle infringido heridas, lo lleva a casa y le hace sentar en el sito de honor de la mesa. Pero Ute cree que Hildebrand es un prisionero de su hijo, y extrañada le pregunta porque le ha dado aquel sitio. Entonces Alebrand le dice quien es y ella da la bienvenida a su marido ofreciéndole vino.

Ásmundar saga kappabana, es la versión islandesa del poema. Fue escrita en el siglo XIV. En ella un tal Hildebrand es rey de los hunos. Su hijo Helgi se casa con Hildr, hija del rey de Suecia, Budli. Helgi y Hildr le dan un nieto que se llama como él, y a quien se encarga de criar. El chico creció y se le apodó «el campeón de los hunos», pues era el mejor de sus guerreros. Alf, rey de Dinamarca ataca Suecia, y derrota y da muerte al abuerlo materno del joven Hildebrand, Budli, y a su padre, Helgi. El rey danés entrega a Hildr, la madre de Hildebrand a Aki, uno de sus hombres, que tiene con ella a Asmund. Hildebrand se entera, en casa de su abuelo paterno, de la muerte de su padre, viaja hasta Dinamarca y mata a su padrastro, Aki, el cual tenía una hija con otra mujer con la que su hermanastro Asmund quería casarse. Ella decidió acceder si Asmund lograba matar a su hermanastro, Hildebrand y vengar así a su padre. En ese momento Hildebrand y sus berserkers estaban saqueando Sajonia; de modo que Asmund fue hasta allí y reta a todos los guerreros de Hildebrando a un holmgang (un duelo). Va acabando con todos, día tras día. Al enterarse Hildebrand va hacia allí con los berserker que forman parte de su séquito personal. y en un combate mata a su propio hijo. Luego busca a Asmund en el Rin y pelean. Tras un largo combate Asmund hiere de gravedad a Hildebrand, cuya espada, la famosa Tyrfing, se rompe. Hildebrand revela a Asmund que son hermanastros y pide que le entierren con sus vestiduras.

Este argumento aparecía ya en el libro séptimo de la Gesta Danorum, de Saxo Grammaticus, escrita a principios del siglo XIII, donde se menciona una saga casi idéntica, pero con diferentes nombres de sus protagonistas. Por ejemplo, Hildebrand es Hildiger en este texto, y mientras agoniza revela que ha matado a su propio hijo.

En una kvæði (un tipo de canción de las Islas Feroe que empiezan a componerse a principios del siglo XIV), llamada Snjólvskvæði, Hildebrand es engañado y mata a su propio hijo sin saberlo.

El argumento de la pelea fatal entre padre e hijo parece un tópico indoeuropeo, que aparece en textos diversos y lugares dispares. En la literatura medieval irlandesa, típicamente celta, el héroe Cú Chulainn mata a su hijo Conlaí, En un cuento épico persa llamado Shahnameh, Rostam mata a su hijo Sohrab. En un bylina, o poema épico ruso, Ilya Muromets mata a su hijo Podsokolnik. Y en un pasaje del poem hindú Mahabharata, Babruvahana mata a su padre, Arjuna, al que no reconoce, aunque Arjuna resucitará más adelante.

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